Amán salió aquel día muy contento y de buen humor; pero, cuando vio a Mardoqueo en la puerta del rey y notó que no se levantaba ni temblaba ante su presencia, se llenó de ira contra él. No obstante, se contuvo y se fue a su casa.
Ester 5:9-10. NVI.
Lectura: Ester
5:1-14. Versículos del día: Ester 5:9-10.
MEDITACIÓN DIARIA
En la historia de Ester
se encuentra un oficial del rey Asuero llamado Amán, quien era malvado y quería
destruir al pueblo judío. Mardoqueo, el tío-padre adoptivo de Ester, no le
rendía pleitesía y por lo tanto no se levantaba ni temblaba ante él. Esto
enfureció a Amán y mandó colocar una estaca de veinticinco metros de altura para
colgar en ella a Mardoqueo (vv. 9-14).
Lo que no sabía Amán, era
que la reina Ester de procedencia judía, después de ayunar por tres días, se
había presentado ante el rey para abogar por su pueblo y habiendo hallado
gracia delante de él, le pidió que asistiera a un banquete en su honor junto con
Amán. El rey le preguntó a Ester cuál era su petición, pero ella no le dijo
nada respecto a Amán. (Recordemos que sería revocar lo que Amán había dictado
para la exterminación del pueblo judío). Solamente volvió a pedirle que
asistiera a un nuevo banquete que ofrecería al otro día, e igual, fuera con
Amán y allí le daría la respuesta (vv. 1-8).
Miremos las patrañas de
la maldad de Amán: prepotente, racista, orgulloso; quería ser exaltado y por lo
tanto se vanagloriaba de su posición en el palacio. Es interesante y revelador
para nosotros los cristianos, ver cómo el Señor actuó en favor de Ester y de la
petición que ella le iba a hacer. Dios actúa cuando nos volcamos hacia Él con
corazón sincero. Es una muestra de contestación a un ayuno y oración. “Pidan y
se les dará” (Mateo 7:7). Fijémonos que no solamente fue esto, sino que estuvo
presente la decisión de la reina Ester, de interceder ante el rey por los suyos.
Vale la pena decir cómo me enseñaron en mi antigua Iglesia: ‘oracción’; esto es
orar y actuar.
Amado Señor:
gracias por tu Palabra y por todo lo que nos enseñas día tras día. Permite que
en cualquier escenario en que nos encontremos y tengamos dificultad alguna, logremos
tener la templanza necesaria para enfrentar los obstáculos y poder ser de
testimonio para otros. Gracias porque Tú estás a nuestro lado y Eres quien
abogas por nosotros. ¡Te alabamos bendito Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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