Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lucas 19:10. NVI.
Lectura: Lucas
19:1-10. Versículo del día: Lucas 19:10.
MEDITACIÓN DIARIA
La lectura se refiere al
encuentro de Jesús con Zaqueo, el recaudador de impuestos. Para ver a Jesús se
subió a un árbol y al verlo el Señor, le dijo: “Zaqueo, baja en seguida. Tengo
que quedarme hoy en tu casa” (v. 5). Zaqueo lo recibió en su casa y como Jesús
estaba en la mira de todos, empezaron a murmurar: “Ha ido a hospedarse con un
pecador” (v. 7). Recordemos que los recaudadores de impuestos de esa época tenían
fama de ladrones y por eso lo tildaban de pecador. El Señor Jesús, con su
contestación les da una clara lección de que vino no solo a buscar sino a
salvar a los perdidos. Pero pensemos: para Dios no existen pecados menos
graves, todos son por igual, simplemente pecado. Romanos 3:23 dice que todos
hemos pecado y por lo tanto estamos destituidos de la gloria de Dios. El pecado
entró al mundo a través de la desobediencia de Adán y Eva en el Paraíso; pero
desde la caída Dios prometió un Salvador y eso fue lo que vino a hacer Jesús,
el Hijo de Dios por nosotros, la raza humana. Por amor Dios lo envió: “Pero
Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos
pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Así que no importa cuánto
has pecado o qué tan grande es; importa que reconozcas que Jesús vino hace dos
mil años a pagar por ti. Al igual que Zaqueo, el Señor quiere entrar en la casa
de tu corazón. ¡Ábrele la puerta! Cristo ya pagó tu rescate; lo único que
tienes que hacer es aceptarlo en tu vida reconociéndolo como Señor y Salvador
personal. Te invito a orar así:
Señor Jesucristo:
yo te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te acepto como mi Señor y
Salvador, Perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias
por lo que hiciste en esa cruenta cruz por mí. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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