Sé que lo harás de nuevo

Se alegrarán el desierto y el sequedal; se regocijará el desierto y florecerá como el azafrán. Florecerá y se regocijará: ¡gritará de alegría! Se le dará la gloria del Líbano, y el esplendor del Carmelo y de Sarón. ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. 
Isaías 24:2. NVI.

Lectura: Isaías 24:1-23.  Versículos del día: Isaías 24:1-2.

MEDITACIÓN DIARIA

El profeta Isaías siempre nos trae la Palabra de Dios con futuros promisorios. Sí; para Dios no existen los imposibles y allí donde no vemos nada sino sequedad y desolación Él puede cambiarlo todo. “Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas; Digan a los de corazón temeroso: Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá (vv. 3-4).

Busca al Señor Jesús con corazón sincero; tal vez lo conociste un día, pero lo has dejado y te has ido por otros senderos que no te dan libertad. Quizá así te encuentras ahora: te equivocaste de camino y resultaste en un desierto árido y caluroso; pareciera todo muerto y sin esperanza de vida. La sed te invade y quisieras encontrar al menos un oasis para calmar tu afán. Jesús quiere tomar nuevamente tu vida y demostrarte que Él es el Agua de vida que puede saciarte completamente en el desierto por el que andas. Yo te digo con convicción: no desmayes, continúa, ya estás por terminar de atravesarlo. Esta promesa de Dios es para ti. Gritarás de alegría porque verás la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios, “Porque aguas brotarán en el desierto, y torrentes en el sequedal (v.6b). Aunque te hayas equivocado, Él no te dejará.

Amado Señor: oro por todos aquellos que un día tuvieron la oportunidad de conocerte como Señor y Salvador, pero se han alejado de tu camino. Muéstrales que Tú Eres la Verdad y esa Verdad está completa en tu Palabra. Te ruego que los tomes nuevamente en tus brazos y los consueles con tu amor. Consiéntelos mi Señor; que ellos puedan ver de nuevo tu gloria en el desierto que atraviesan. Gracias porque sé que lo harás. Tú Eres un Dios bueno e infinitamente misericordioso. ¡Te alabo mi Señor y te doy toda la Honra y Gloria que mereces!

Un abrazo y bendiciones.