Pero Jesús llamó a los niños y dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos.
Lucas 18:16. NVI.
Lectura: Lucas
18:15-17. Versículo del día: Lucas
18:16.
MEDITACIÓN DIARIA
Y el versículo siguiente
es; “Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna
manera entrará en él” (v. 17). El Señor nos pone a los niños como comparación,
para hacernos ver que debemos recibir las enseñanzas del reino de Dios con el
mismo interés e ingenuidad que lo hacen ellos. El niño es confiado y necesita
hacerlo porque depende de quienes lo rodean especialmente de sus padres. Su confianza
es natural, no se esfuerza por tenerla; es más pide tranquilo, porque sabe que
le darán con el amor que él necesita. “Les aseguro que el que no reciba el
reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él” (v. 17). El niño
necesita primero tomar leche para ir creciendo; ya más grandecito, tomará
alimento sólido y estará mejor formado en su desarrollo. Así es cuando nacemos
de nuevo con el Señor (Juan 3:3), venimos a ser exactamente como niños: necesitamos
el alimento espiritual para ir creciendo: “Como bebés recién nacidos, deseen
con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de
la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo” (1 Pedro 2:2. NTV). Dependemos
totalmente de nuestro Papito Dios.
Gracias buen Jesús
por poder experimentar desde nuestro nacimiento espiritual Contigo, las mismas
cosas que tienen y necesitan los niños. Permite Señor que nuestros corazones
estén siempre dispuestos a entender tu Palabra para tomarla con el mismo agrado
que los niños toman su leche. Enséñanos a ser sagaces para hacer el bien, pero
ingenuos frente al mal. ¡Gracias Bendito Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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