A ti clamo, Señor; ven pronto a mí. ¡Atiende a mi voz cuando a ti clamo!
Salmo 141:1. NVI.
Lectura: Salmo 141:1-10. Versículo del día: Salmo 141:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Solo cuando
estamos en un momento bien apremiante le clamamos con todo el corazón al Señor.
¡Ven pronto en mi ayuda! “Que suba a tu presencia mi plegaria como una ofrenda
de incienso; que hacia ti se eleven mis manos como un sacrificio vespertino”
(v. 2). Y seguimos: “No permitas que mi corazón se incline a la maldad, ni que
sea yo cómplice de iniquidades” (v. 4). Todos los días estamos expuestos a caer,
por eso nuestra oración debe ser como la del rey David. “En ti, Señor Soberano,
tengo puestos los ojos; en ti busco refugio… Protégeme de las trampas que me
tienden, de las trampas que me tienden los malhechores” (vv. 8-9).
Si queremos llevar una vida santa tenemos que estar en
continua oración para no caer en las trampas que el Maligno nos tiende. “En ti,
Señor Soberano, tengo puestos los ojos; en ti busco refugio”. “A ti clamo,
Señor; ven pronto a mí”.
Señor Jesús, gracias por tenerte a Ti que Eres nuestro
refugio seguro. ¡A quién más vamos Señor! ¡Solo tú nos ofreces palabras de vida
eterna! ¡Solo tu Santo Espíritu está a nuestro lado dándonos fortaleza,
dominio, redarguyéndonos de pecado y a la vez acercándonos más hacia tus
brazos! ¡Te amo buen Dios!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario