Que nuestros hijos, en su juventud, crezcan como plantas frondosas; que sean nuestras hijas como columnas esculpidas para adornar un palacio.
Salmo 144:12. NVI.
Lectura: Salmo 144:1-15. Versículo del día: Salmo 144:12.
MEDITACIÓN DIARIA
Sí; el Señor no para de darnos diferentes promesas,
así sea referente a nuestra familia como en el caso del versículo 12. También
quiere vernos prósperos. Quiere que los graneros se llenen y los corrales
aumenten su ganado (vv. 13-14). Tanta bondad de Dios nos abruma. Pero este es
nuestro Dios y Señor. El mismo que nos guarda. “Él es mi Dios amoroso, mi
amparo, mi más alto escondite, mi libertador, mi escudo, en quien me refugio”
(v. 2). Y es el mismo que vela por nuestro hogar y así mismo lo sustenta. Ahí
es cuando nos preguntamos: Señor ¿por qué nos cuidas tanto? “¿Qué es el mortal
para que lo cuides? ¿Qué es el ser humano para que en él pienses?” (v. 3). Su
amor y misericordia hacia nosotros es inmensa y quizá ni siquiera nos damos
cuenta para tener un minuto y agradecerle. “¡Dichoso el pueblo que recibe todo
esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor!” (v. 15). ¡Qué tontos y necios
somos cuando nos apartamos de su refugio!
Señor amado: bien sabemos que solamente Tú lo llenas
todo. Danos la fortaleza necesaria para seguirte siempre y no caer. Para que
gozosos podamos recibir las tan ricas bendiciones que nos tienes preparadas y
así exaltar tu Nombre. Gracias por ser el mejor Papito; el que siempre nos
cuida y nos levanta. El que está presto para tendernos la mano y volvernos a
llevar por el camino. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario