viernes, 14 de junio de 2019

Ojos abiertos y oidos despiertos

Entonces salió de la nube una voz que dijo: Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo 
Lucas 9:35. NVI.

Lectura: Lucas 9:28-36.  Versículo del día: Lucas 9:35.

MEDITACIÓN DIARIA

Esto sucedió en la transfiguración, cuando el Señor Jesús estaba orando en la montaña en compañía de Pedro, Juan y Jacobo. Es nuevamente la voz del Padre que lo reconoce como su Hijo. Su Hijo escogido y pide que lo escuchen. No solamente es palabra para los tres discípulos que estaban con Jesús, sino para todos nosotros. Tenemos que abrir muy bien los oídos para estar sensible a su voz y saber lo que nos habla. Hay un dicho que dice ‘no hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que el que no quiere oír’. Así es; muchos son los que lo han escuchado, pero no hacen caso a su voz. Por más que el mismo Jesús dijo ser el camino, la verdad y la vida, van buscando caminos diferentes creyendo encontrar la verdad y lo que encuentran es un fiasco que los sigue llevando hacia el fracaso.
Recordemos que el amor de Dios es tan inmenso que no es el hombre llegando a Dios sino Dios tan grande y misericordioso, quien llega al hombre. Él colocó un puente que se llama Jesús para restaurar la relación con la humanidad. Oro para que el Señor permita que su Santo Espíritu toque corazones y todo el que lea este devocional, esté dispuesto a escucharle para alcanzar la salvación.

Amado Dios: muchas gracias por exhortarnos a escuchar a tu Hijo quien nos tiene palabras de vida eterna. Perdona buen Dios las veces que te hemos desechado y no hemos puesto la atención debida para seguirte. Gracias por tu amado Hijo Jesús quien es el puente para llegar hacia Ti. Pon en cada persona el querer como el hacer para ser sensibles a tu voz.

Un abrazo y bendiciones.

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