Esta es la palabra de fe que predicamos: que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.
Romanos 10:8-9. NVI.
Lectura: Romanos10:1-21. Versículos del día: Romanos 10:8-9.
MEDITACIÓN DIARIA
Considero que este es el versículo clave del mensaje
de salvación. Y continúa con el 10 diciendo: “Porque con el corazón se cree
para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo” (v. 10). Así
es. Si tan sólo eso se entendiera que lo vemos tan fácil, pero definitivamente
es el enemigo quien lo pone como difícil y con sus artimañas usuales engaña a
la gente. Este capítulo de Romanos es una exhortación al pueblo cristiano.
Veamos: “Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo
creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
¿Y quién predicará sin ser enviado?”
(vv. 14-15a). No tenemos excusa; el Señor a todos nos envió cuando nos
encomendó la gran comisión: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que
estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20).
“Así está escrito: ¡Qué hermoso es recibir al
mensajero que trae buenas nuevas!” (v. 15b en la lectura). Tal como nos lo dice
Isaías: “¡Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas
nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que
proclama la salvación!” (Isaías 52:7). Deja que tus pies se hermoseen al
calzarse con la disposición de proclamar el evangelio de las buenas nuevas. La
humanidad caída necesita saber del Salvador del mundo.
Amado Señor Jesús: gracias por motivarnos a llevar tu
mensaje de salvación a tanto necesitado. Permite que todos los días amanezcamos
con el deseo de compartirlo. Somos tus discípulos; ¡utilízanos Señor en tu
obra! ¡Te alabamos y te honramos bendito Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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