¿Para ti quién es Jesús?

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? El Cristo de Dios —afirmó Pedro. 
Lucas 9:20. NVI.

Lectura: Lucas 9:18-27.  Versículo del día: Lucas 9:20.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor les pregunta primero a sus discípulos: “—¿Quién dice la gente que soy yo? —Unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que uno de los antiguos profetas ha resucitado —respondieron” (vv. 18b-19). Luego se dirige a ellos y les pregunta lo mismo. Tanto en el evangelio de Mateo como en el de Marcos vemos el mismo planteamiento con palabras más, como en Mateo quien afirma categóricamente: “—Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro”  (Mateo 16:16). El Señor le responde: “—Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —le dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo” (Mateo 16:17). El Señor quería saber con estas dos preguntas si sus seguidores sabían exactamente quién era él y más aún, si ellos, sus discípulos, con quienes había compartido por años y a quienes les había enseñado primero el mensaje de las Buenas Nuevas, tenían claro en quién habían creído.

Considero que es una buena pregunta para nosotros también en este tiempo. ¿Creemos en verdad que Jesús de Nazaret es el Cristo, el Mesías, el Emanuel venido al mundo para salvarnos?  Es más importante saber quién es Jesús para nosotros que lo que cree la gente respecto a nosotros por decirnos cristianos. Creo que es una buena y oportuna pregunta: ¿Para ti quién es Jesús? Lo que respondas te marcará para saber si eres discípulo de Cristo o no; y de eso dependerá también lo que piensa la gente del que gobierna tu vida. Recuerda que eres un testimonio vivo de tu fe.

Amado Señor: gracias por permitir que nos cuestionemos acerca de quién Eres y de, en quién hemos creído. Gracias porque al revaluar nuestros pensamientos y dichos estamos corroborando que Eres el Salvador y Señor de nuestras vidas. Permite que, si lo declaramos de este modo, podamos dar testimonio con nuestras acciones de que en verdad vives en el corazón de cada uno de nosotros. Igual que Pedro, queremos repetirlo: ¡Tú Eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo! ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.