martes, 4 de junio de 2019

Recuerda: solamente eres el barro


¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? ¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: ¿Por qué me hiciste así? 
Romanos 9:20. NVI.

Lectura: Romanos 9:1-29.  Versículo del día: Romanos 9:20.

MEDITACIÓN DIARIA

Dios es soberano y eso debemos de tenerlo muy claro. Quizá se pueda cuestionar el porqué permitió o permite aún guerras, hambres, violaciones, muertes, etc. O como en la lectura que nos habla de la elección soberana de Dios que decidió bendecir a Jacob y no a Esaú; nadie puede cuestionarle su actitud porque precisamente es Dios y nosotros no somos nadie para discutirle sus disposiciones. “¿Qué concluiremos? ¿Acaso es Dios injusto? ¡De ninguna manera! Es un hecho que a Moisés le dice: Tendré clemencia de quien yo quiera tenerla, y seré compasivo con quien yo quiera serlo” (vv. 14-15).
Reflexionemos sobre la lectura y no nos creamos más que Dios, ya que si Él bien dispuso llamarnos es porque nos ha tenido misericordia y clemencia porque bien dice su Palabra lo siguiente: “Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano, sino de la misericordia de Dios” (v. 16). Debes de sentirte orgulloso y a la vez agradecido con el Señor de que haya puesto los ojos en ti. Y si lo cuestionas por lo que te sucede alrededor: “¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? ¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: ¿Por qué me hiciste así?” (v. 20). Dura Palabra para nosotros, pero necesario darla para recordarnos quién manda a quien y reconocer su soberanía sin discusión alguna, porque: “¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios?” (v. 21). ¡Claro que lo tiene! Él es el Amo, Señor de señores, Rey de reyes y el Dios verdadero.

Amado Señor: te pedimos perdón porque en verdad, muchas veces hemos cuestionado tus decisiones sin tener en cuenta que no somos más que el barro en tus manos y que solamente por tu misericordia estamos aquí en unión Contigo. ¡Gracias bendito Dios por haber puesto tus ojos en nosotros y tenernos entre los que ahora llamas ‘tu pueblo’! ¡Gracias, muchas gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: