Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.
Romanos 4:20-21. NVI.
Lectura: Romanos 4:1-25. Versículos del día: Romanos 4:20-21.
MEDITACIÓN DIARIA
Abraham le creyó a Dios, y esto se le tomó en cuenta
como Justicia (v. 3). “Por eso la promesa viene por la fe, a fin de que por la
gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham; esta promesa no
es solo para los que son de la ley, sino para los que son también de la fe de
Abraham, quien es el padre que tenemos en común delante de Dios, tal como está
escrito: Te he confirmado como padre de muchas naciones” vv. 16-17). A través de
Abraham nos llega la promesa por la fe (en Cristo), ya que la promesa es gratuita;
es un regalo de Dios. Así que todos los descendientes de Abraham tenemos la
seguridad de recibirla. “Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues
creemos en aquel que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor. Él fue
entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra
justificación” (vv. 24-25). ¡Gloria a Dios por lo que Nuestro Señor Jesús hizo
por nosotros!
Por favor, ¡no dudes de la promesa! Reafirma tu fe y
dale gloria a Dios. Él tiene poder para cumplir lo que te ha prometido. Si
crees que Dios levantó a Jesús de entre los muertos, que murió por tus pecados y
resucitó para justificarte, ya estás justificado. No hay nada que temer. Oremos:
Gracias Señor Jesús por lo hecho por mí al morir por
mis pecados. Gracias bendito Dios que lo levantaste de entre los muertos para
justificarme y darme la vida eterna a su lado. Gracias porque Tú siempre
cumples lo que prometes. Ayúdame a ser como Abraham y no dudar de Ti; reafirma
mi fe. ¡Gracias, muchas gracias!
Un abrazo y bendiciones.
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