lunes, 1 de abril de 2019

Nuestra alabanza lo cautiva y su amor nos atrae


Que rebosen mis labios de alabanza, porque tú me enseñas tus decretos.
Salmo 119-171. NVI.

Lectura: Salmo 119:169-176.  Versículo del día: Salmo 119:171.

MEDITACIÓN DIARIA

Tal parece que el Salmista se extravió y empieza su oración clamándole al Señor basado en lo que dice su Palabra y en las promesas que de Él ha recibido. Lo hermoso es que no se queda solamente en pedir; él mismo entiende que su oración sin agradecimiento y alabanza no puede ser. “Que entone mi lengua un cántico a tu palabra” (v. 172); “Déjame vivir para alabarte” (v. 175).  Y al final reconoce que necesita urgentemente que lo rescate y lo saque a flote nuevamente. En la traducción del lenguaje actual (TLA), dice el versículo 176: “ven a buscarme, pues te pertenezco”. Muy hermoso saber que pase lo que pase, nuestro Dueño no nos dejará ni abandonará. “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8: 38-39).
Así como este Salmo le sirvió al salmista para probar su corazón y su vida, de la misma manera nos debe estimular para que a través de la oración podamos abrir nuestro corazón sinceramente al Señor.  Hay que hablarle, adorarle, reconocer nuestro pecado y entender que la alabanza cautiva a nuestro Dueño. Su amor estará siempre ahí para rescatarnos y volvernos al camino correcto.

Mi Amado Dios: Sí; que rebosen nuestros labios de alabanza hacia Ti. Estamos tan agradecidos de saber que tu amor nunca se extingue. De saber que tu divina gracia derramada a través de Cristo nuestro Señor es el aliciente que nos motiva a continuar. Gracias bendito Señor por el cuidado tierno que nos tienes como ovejas de tu rebaño, para llevarnos de tu mano hacia la Patria Celestial. ¡Eres un Dios Incomparable y Majestuoso! ¡Gracias porque pertenecemos a tu reino! ¡Alabamos y bendecimos tu Nombre por siempre y para siempre!

Un abrazo y bendiciones.

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