El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.
Salmo 103:8. NVI.
Lectura: Salmo 103:1-22. Versículo del día: Salmo 103:8.
MEDITACIÓN DIARIA
Creo que no nos alcanzamos a imaginar hasta dónde
llega el amor del Señor por nosotros. Dice aquí mismo en este Salmo que es tan
compasivo como lo es un padre con sus hijos (v. 13). Él conoce nuestra
condición; sabe que somos de barro. Un amor que va incluso, más allá de lo que
nosotros damos como padres. ¿Cuántas veces no nos equivocamos en esta tarea que
no es para nada fácil? Muchas veces nos queda difícil conocer la condición de
nuestros hijitos y los juzgamos e interpelamos duramente. Pero, Dios nuestro
Padre, no actúa así. Él: “No sostiene para siempre su querella ni guarda rencor
eternamente. No nos trata conforme a nuestros pecados ni nos paga según
nuestras maldades. Tan grande es su amor por los que le temen como alto es el
cielo sobre la tierra. Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones como
lejos del oriente está el occidente” (vv. 9-12).
Ojalá, algo de este amor podamos aprender, para ser
padres más misericordiosos y bondadosos con los nuestros. Tu amor de Padre es inigualable.
Papito Dios: gracias por ese amor inigualable que
siempre estás atento a ofrecernos. Gracias porque tu compasión y ternura van
más allá de lo imaginable. Queremos ser imitadores tuyos en el trato con
nuestros hijos. Permite que aprendamos la lección y lleguemos en algo a ser como
Tú. Gracias, muchas gracias buen Dios por tanto amor derramado.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario