martes, 25 de diciembre de 2018

¡Te adoramos bendito Salvador!


Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. 
Isaías 9:6. NVI.

Lectura: Isaías 9:1-7.  Versículo del día: Isaías 9:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Es pues Jesús, el que se nos revela con todos los atributos como Dios, los cuales nos demuestran claramente la deidad de Cristo como Hijo. Es el Consejero admirable; Cristo Jesús nuestro Líder mayor. Siendo el que mejor nos conoce está listo a consolarnos, a aconsejarnos y a brindarnos todo su apoyo incondicional. Es el Dios fuerte; en hebreo Gibbor y Jesús el Guibbor, en otras palabras es el Dios Fuerte. Es el Padre eterno; este es YHWH, y como Padre nos lleva de su mano mostrándonos el camino por el que debemos andar; es el guía infalible. El Padre que nos corrige, nos enseña igual que lo hiciera un padre terrenal. Principe de paz; una promesa dada al mundo desde que fue anunciado su nacimiento a los pastores de Belén: “y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad” (Lucas 2:14). Su buena voluntad para reconciliarnos con Dios Padre. Por su obra reconciliadora Jesús es el dador de la paz en nuestros corazones. Una paz que sobrepasa todo entendimiento y que, a pesar de las guerras, las aflicciones o tribulaciones, su paz hacia nosotros perdurará para siempre.
Ha llegado el Mesías, el Emanuel, el Dios con nosotros para liberarnos del yugo del pecado. Su Iglesia está de fiesta porque el Niño ha venido en carne; ya es completa la profecía y es el Espíritu Santo quien comienza una obra regeneradora en cada persona que cree y acepta que Jesús es el Salvador de la humanidad. Es su gracia regalada a nosotros.

¡Bendito Señor Jesús! No tenemos palabras para agradecerte todo lo que Eres para nosotros. Para agradecerte lo que hiciste y sigues haciendo por el bien de los que te conocemos. Eres Grande, Majestuoso. Nuestro Consolador, nuestro Dios fuerte, nuestro Padre eterno y nuestro Príncipe de paz. ¡Te adoramos Señor Jesús! ¡Te adoramos bendito Salvador!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: