jueves, 13 de diciembre de 2018

El orgullo es pecado



El orgullo solo genera contiendas, pero la sabiduría está con quienes oyen consejos. 
Proverbios 13:10. NVI.

Lectura: Proverbios 13:1-25.  Versículo del día: Proverbios 13:10.

MEDITACIÓN DIARIA

El orgullo que genera altivez, prepotencia, superioridad y envanecimiento es pecado. El orgullo es lo opuesto a la humildad. Dios ama al humilde y desprecia al soberbio. El soberbio es orgulloso; cree tener la razón siempre y se considera superior a los demás. Por eso ni siquiera acepta consejos porque su corazón está gobernado por el ego. Si vamos a las Escrituras nos damos cuenta de que ese fue el pecado de Satanás: “A causa de tu hermosura te llenaste de orgullo. A causa de tu esplendor, corrompiste tu sabiduría. Por eso te arrojé por tierra, y delante de los reyes te expuse al ridículo” (Ezequiel 28:17). Era un modelo de perfección y en su arrogancia se creyó un dios; se envaneció y fue echado del Edén (Ezequiel 28:12-17). La rebeldía es tan grave como la adivinación y la arrogancia como la idolatría (1 Samuel 15:23).
Quizá, nunca nos hemos dado cuenta el mal tan grande que produce el orgullo. ¡Cuántas veces no hemos herido, maltratado, humillado y ofendido en nombre del orgullo! Y no creamos que el orgullo es solo en personas pudientes o instruidas. Conocí una pareja pobre en extremo, pero también orgullosa en extremo.  A pesar de sus dificultades económicas no aceptaban la ayuda de la iglesia. El orgullo hace estragos incalculables; y lo peor es que se pasa fácilmente de generación en generación. Muchas relaciones familiares se acaban por orgullo. Tengamos en cuenta bien este pecado para no caer en él. Pidámosle al Señor perdón, si lo hemos llevado y que sea Él bajo su gracia llevándonos por una senda de humildad, comprensión, respeto, amabilidad y bondad. La Biblia nos dice, que nadie tenga un concepto más alto del que debe tener, sino que piense de sí mismo con moderación (Romanos 12:3). 

Amado Señor Jesús: perdona las veces que nos hemos dejado llevar por un orgullo prepotente y altivo. Enséñanos a ser tan humildes como lo fuiste Tú. Gracias bendito Señor porque la clave de la humildad está en el amor. Permite que aprendamos de ese amor ofrecido por Ti cuando te humillaste siendo obediente hasta la muerte y moriste en una cruz como morían los criminales, solo por amor a la humanidad ¡Gracias, muchas gracias buen Jesús!  

Un abrazo y bendiciones.

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