El orgullo solo genera contiendas, pero la sabiduría está con quienes oyen consejos.
Proverbios 13:10. NVI.
Lectura: Proverbios 13:1-25. Versículo del día: Proverbios 13:10.
MEDITACIÓN DIARIA
El orgullo que genera altivez, prepotencia,
superioridad y envanecimiento es pecado. El orgullo es lo opuesto a la humildad.
Dios ama al humilde y desprecia al soberbio. El soberbio es orgulloso; cree
tener la razón siempre y se considera superior a los demás. Por eso ni siquiera acepta consejos porque su corazón está
gobernado por el ego. Si vamos a las Escrituras nos damos cuenta de que ese fue el pecado de Satanás: “A causa de tu hermosura te
llenaste de orgullo. A causa de tu esplendor, corrompiste tu sabiduría. Por eso
te arrojé por tierra, y delante de los reyes te expuse al ridículo” (Ezequiel
28:17). Era un modelo de perfección y en su arrogancia se creyó un dios; se
envaneció y fue echado del Edén (Ezequiel 28:12-17). La rebeldía es tan grave
como la adivinación y la arrogancia como la idolatría (1 Samuel 15:23).
Quizá, nunca nos hemos dado cuenta el mal tan grande
que produce el orgullo. ¡Cuántas veces no hemos herido, maltratado, humillado y
ofendido en nombre del orgullo! Y no creamos que el orgullo es solo en personas
pudientes o instruidas. Conocí una pareja pobre en extremo, pero también orgullosa en
extremo. A pesar de sus dificultades
económicas no aceptaban la ayuda de la iglesia. El orgullo hace estragos
incalculables; y lo peor es que se pasa fácilmente de generación en generación.
Muchas relaciones familiares se acaban por orgullo. Tengamos en cuenta bien
este pecado para no caer en él. Pidámosle al Señor perdón, si lo hemos llevado
y que sea Él bajo su gracia llevándonos por una senda de humildad, comprensión,
respeto, amabilidad y bondad. La Biblia nos dice, que nadie tenga un concepto más
alto del que debe tener, sino que piense de sí mismo con moderación (Romanos
12:3).
Amado Señor Jesús: perdona las veces que nos hemos
dejado llevar por un orgullo prepotente y altivo. Enséñanos a ser tan humildes
como lo fuiste Tú. Gracias bendito Señor porque la clave de la humildad está en
el amor. Permite que aprendamos de ese amor ofrecido por Ti cuando te humillaste
siendo obediente hasta la muerte y moriste en una cruz como morían los
criminales, solo por amor a la humanidad ¡Gracias, muchas gracias buen Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
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