Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
Lucas 2:30-32. NVI.
Lectura: Lucas 2:21-40. Versículos del día: Lucas 2:30-32.
MEDITACIÓN DIARIA
Simeón era un hombre justo y lleno del Espíritu Santo,
el cual le reveló que no moriría sin ver al Redentor del mundo. Así fue que cuando
llevaron el Niño a Jerusalén para presentarlo en el templo, él elevó una oración
al Señor dándole las gracias por haber visto el cumplimiento de la promesa (vv.
25-29). Una promesa que no era solamente para él, sino que estaba preparada para
todos los pueblos. “luz que ilumina a las naciones”.
Te pregunto: ¿Has tenido la oportunidad de ver o experimentar
la salvación? Muy seguramente al comprobar que Jesús es la luz que ilumina a
cada persona en común, también te voltees a adorar a Dios por ese beneficio que
te ha otorgado. Oro para que no vayas a morir sin haber conocido al Salvador. Lo
primero que tienes que hacer es permitirle que nazca en el pesebre de tu corazón; decirle que crees en
Él como el Hijo de Dios; que perdone tus pecados y te de vida terna. Si no lo
has hecho te invito a orar así:
Señor Jesús: te ruego que me llenes de tu Santo
Espíritu para entender el verdadero significado de la Navidad. Entender que ese Niño que nació en Belén es el Hijo de Dios quien vino a salvarme. Te ruego que esa luz que
eres Tú, también llegue hasta mí. Ven a morar en mi corazón. Perdona mis pecados; toma el control del trono
de mi vida y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme y
limpiarme. Gracias porque Contigo tendré un espacio en el cielo por siempre. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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