Pero, cuando él estaba considerando hacerlo, se le
apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas
recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a
su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:20-21. NVI.
Lectura: Mateo 1:18-25. Versículos del día: Mateo 1:20-21.
MEDITACIÓN DIARIA
José amaba a María y como no quería exponerla a la vergüenza
pública resolvió divorciarse de ella en secreto (v. 19). Entonces el ángel del
Señor se le apareció en sueños, le habló y le dio la responsabilidad sobre el
niño al decirle: “y le pondrás por nombre Jesús”. José actuó con el hijo que
nacería, como un verdadero padre terrenal. Demostró ante los hechos que era un
hombre comprometido con Dios, honesto y responsable.
Hablando de responsabilidad la Wikipedia dice lo
siguiente: “Una persona se caracteriza por su responsabilidad porque tiene la
virtud no solo de tomar una serie de decisiones de manera consciente, sino
también de asumir las consecuencias que tengan las citadas decisiones y de
responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento”. Esto fue lo
que hizo José: asumió las consecuencias del embarazo de María y respondió por
ella y Jesús sabiendo que era a Dios a quien tenía que dar cuentas de su
comportamiento. Un buen ejemplo para los hombres como esposos y como padres.
A pesar de estar en el Siglo XXI, todavía se ven
hombres machistas que desean tener una esposa pura, pero con el privilegio para
ellos de ser, no libres sino libertinos en el campo sexual. Por otro lado, es
raro encontrar un hombre que acepte los hijos como propios de la mujer que vaya
a ser su esposa. Le doy gracias al Señor porque mi esposo a pesar de no ser el
padre biológico de mis dos hijos mayores, me ayudó a terminar de criarlos y
levantarlos como si lo hubiera sido.
Amado Jesús: Tú que tuviste la oportunidad de convivir
con José como padre terrenal, te ruego que tomes a cada hombre que está leyendo
este devocional e inculques en su corazón el valor de la responsabilidad, el
amor y cuando sea necesario, el perdón y la restauración. Que ellos aprendan a
ver a la mujer como vaso frágil que necesita ser amada y protegida. Hombres
temerosos de Dios. ¡Gracias bendito Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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