miércoles, 19 de diciembre de 2018

Hombres temerosos de Dios


Pero, cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:20-21. NVI.

Lectura: Mateo 1:18-25.  Versículos del día: Mateo 1:20-21.

MEDITACIÓN DIARIA

José amaba a María y como no quería exponerla a la vergüenza pública resolvió divorciarse de ella en secreto (v. 19). Entonces el ángel del Señor se le apareció en sueños, le habló y le dio la responsabilidad sobre el niño al decirle: “y le pondrás por nombre Jesús”. José actuó con el hijo que nacería, como un verdadero padre terrenal. Demostró ante los hechos que era un hombre comprometido con Dios, honesto y responsable.
Hablando de responsabilidad la Wikipedia dice lo siguiente: “Una persona se caracteriza por su responsabilidad porque tiene la virtud no solo de tomar una serie de decisiones de manera consciente, sino también de asumir las consecuencias que tengan las citadas decisiones y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento”. Esto fue lo que hizo José: asumió las consecuencias del embarazo de María y respondió por ella y Jesús sabiendo que era a Dios a quien tenía que dar cuentas de su comportamiento. Un buen ejemplo para los hombres como esposos y como padres.
A pesar de estar en el Siglo XXI, todavía se ven hombres machistas que desean tener una esposa pura, pero con el privilegio para ellos de ser, no libres sino libertinos en el campo sexual. Por otro lado, es raro encontrar un hombre que acepte los hijos como propios de la mujer que vaya a ser su esposa. Le doy gracias al Señor porque mi esposo a pesar de no ser el padre biológico de mis dos hijos mayores, me ayudó a terminar de criarlos y levantarlos como si lo hubiera sido.

Amado Jesús: Tú que tuviste la oportunidad de convivir con José como padre terrenal, te ruego que tomes a cada hombre que está leyendo este devocional e inculques en su corazón el valor de la responsabilidad, el amor y cuando sea necesario, el perdón y la restauración. Que ellos aprendan a ver a la mujer como vaso frágil que necesita ser amada y protegida. Hombres temerosos de Dios. ¡Gracias bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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