Luego Josué hijo de Nun envió secretamente, desde Sitín, a dos espías con la siguiente orden: Vayan a explorar la tierra, especialmente Jericó. Cuando los espías llegaron a Jericó, se hospedaron en la casa de una prostituta llamada Rajab.
Josué 2:1. NVI.
Lectura: Josué 2:1-24.
Versículo del día: Josué 2:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Rajab era una mujer prostituta que supongo era bonita,
inteligente y decidida. Ayudó a esconder a los espías, de los hombres del rey
de Jericó. Me encanta esta historia porque es una enseñanza enorme del amor y
de la misericordia de Dios. Rajab les pidió a los espías que le resguardaran la
vida a ella y a toda su familia. Ellos le contaron a Josué lo sucedido y el
voto se cumplió. Así fue como Rajab y su familia resultaron viviendo en Israel
(Josué 6:25). Por la fe Rajab no murió en la toma de Jericó (Hebreos 11:31), y fue
declarada justa al hospedar a los jóvenes exploradores (Santiago 2:25). Dios le
tuvo en cuenta esta acción a Rajab y la bendijo, al punto de ser parte de los
ancestros de Jesús, al casarse con Salmón padre de Booz (Mateo 1:5), de donde
viene la genealogía del Salvador.
La Palabra del Señor que es útil para instruir en
justicia, aquí nos habla claramente cómo una persona puede ser transformada por
Dios a través de la fe. Fe que ahora recibimos por la gracia ofrecida a través
de Cristo Jesús en la cruz del Calvario. Mujer despreciada, humillada, menoscabada,
abandonada. No temas; Dios puede transformar tu corazón completamente y
devolverte el gozo de tu juventud. Entrégale tu vida a Jesús y Él enderezará
tus sendas. Él transforma tu dolor en danza; quita tu ropa de luto y te viste
de fiesta. Él es verdad y restauración total. ¡No dudes en lanzarte a sus
brazos!
Amado Jesús: Gracias por tener en cuenta siempre a la
mujer. Porque a lo largo de toda tu Palabra Tú la miras con ojos de compasión y
ternura. Siempre estás ahí para devolverle lo que el hombre en su naturaleza
carnal le ha robado. Te doy gracias por tantas mujeres representadas en Rajab;
te ruego Señor les muestres que Tú viniste a levantarlas y redimirlas, no solo
del pecado sino de la esclavitud en que se hallaban presas. ¡Te alabo y te adoro
buen Dios!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario