Sin embargo, los israelitas desobedecieron al Señor conservando lo que él había decidido que fuera destinado a la destrucción, pues Acán hijo de Carmí, nieto de Zabdí y bisnieto de Zera, guardó para sí parte del botín que Dios había destinado al exterminio. Este hombre de la tribu de Judá provocó la ira del Señor contra los israelitas. Josué 7:1. NVI.
Lectura: Josué 7:1-26.
Versículo del día: Josué 7:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Después de la toma de Jericó, los hombres guerreros de
Israel salieron a pelear contra Hai y a pesar de esa población tener muy pocos
hombres, ellos los derrotaron causando muchas bajas en Israel. Esta situación
desmoralizó a todo el pueblo y Josué se rasgó las vestiduras en señal de dolor
y le reclamó al Señor por lo sucedido. Fue ahí cuando el Señor le respondió el motivo
de la derrota. “el Señor, Dios de Israel, declaro: “¡La destrucción está en
medio de ti, Israel! No podrás resistir a tus enemigos hasta que hayas quitado
el oprobio que está en el pueblo” (vv. 13). El Señor ordenó que se presentaran
por tribus, clanes y familias al día siguiente para saber cuál era el culpable
de la tremenda desgracia. La suerte cayó en Acán y él fue quemado junto con su
familia y sus posesiones (vv. 2-25).
El pecado siempre trae sus consecuencias. El Señor
había ordenado que todo fuera destruido en la toma de Jericó; sin embargo, Acán
no obedeció. Creyó que era fácil engañar a Josué sin percatarse que por encima
de Josué estaba el Señor quien todo lo sabe y lo ve. Igual, podemos hacerle
trampas al Señor que pueda no se nos manifieste instantáneamente, pero que el
castigo llega, llega sin lugar a dudas y las consecuencias también.
Señor mío y Dios mío: Tú eres un Dios Consentidor,
pero no aceptas el pecado porque tu santidad está por encima. Gracias por
mostrarnos y enseñarnos que Tú lo ves todo porque Eres Omnisciente, Poderoso,
Soberano, Sapientísimo, Verdadero e Infalible. Enséñanos a diferenciar y
discernir tu misericordia para que no caigamos en desobediencia haciendo lo que
no te agrada y deshonremos tu santidad. ¡Alabamos y bendecimos tu Nombre!
Un abrazo y bendiciones.
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