sábado, 29 de diciembre de 2018

Primero, aprendamos a amarnos


Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Ama a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más importante que estos. 

Marcos 12:30-31. NVI.

Lectura: Marcos 12:28-44.  Versículos del día: Marcos 12:30-31.

MEDITACIÓN DIARIA

Los maestros de la ley le preguntan al Señor: ¿cuál es el mandamiento más importante? Y el Señor sabiamente les responde. Amar a Dios por encima de todo y al prójimo como a nosotros mismos. Considero que el problema para no hacerlo radica en que ni siquiera nos amamos a nosotros mismos. Nos cuesta aceptarnos como somos, como Dios nos ha creado y encima cuando caemos nos dejamos convencer del enemigo de ser pecadores. De este modo, ni amamos a Dios ni amamos al prójimo. Bien dice la Palabra que si no amamos al prójimo que vemos, mucho menos lo haremos con nuestro Dios a quien no vemos (1 Juan 4:20).
Tenemos la concepción que primero debemos ser ‘buenos’ para que el Señor nos acepte. Dios no juega así: si lo amamos, es porque Él nos amó primero. En su amor y misericordia nos buscó y si miramos hacia atrás, siempre nos ha guardado de situaciones difíciles. Así que Dios nos quiere tal como somos; precisamente el Señor se glorifica en nuestras debilidades. Teniendo en cuenta lo anterior, aprendamos a aceptarnos tal cual somos. Será el primer paso para aprender a amar a Dios. Entreguémosle nuestra vida a Jesús y démosle gracias por nuestros defectos sean físicos, emocionales o espirituales. Él terminará la buena obra empezada en cada uno.

Señor Jesús: Te entregamos nuestras vidas seguros de que estarán en las mejores manos. Gracias por aceptarnos como somos. Perdona nuestros pecados y haznos de acuerdo a tu propósito y termina la obra empezada según tu santa voluntad. ¡Alabamos y bendecimos tu Nombre!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: