Seamos mujeres de humildad y de fe

El ángel se acercó a ella y le dijo: “—¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo. 

Lucas 1:28. NVI.       

Lectura: Lucas 1:26-38.  Versículo del día: Lucas 1:28.

MEDITACIÓN DIARIA

“A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María. El ángel se acercó a ella y le dijo: —¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo” (vv. 26-28). María se asustó por estás palabras, pero el ángel prosiguió: “—No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin” (vv. 30-33). María una mujer humilde y sencilla, jamás se imaginó que fuese escogida como la madre del Salvador. Después del ángel aclararle a María que sería por obra del Espíritu Santo (v. 35), María responde con fe viva: “—Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho” (v. 38); ella no dudó en ningún momento al recibir la noticia.  

Aprendamos de María, especialmente las mujeres, que la humildad y la fe son virtudes básicas en la vida cristiana.

Amado Jesús: hoy te ruego por las mujeres para que, así como María fue elegida por sus grandes virtudes y halló gracia delante de Dios, también derrames esa gracia en cada una. Te ruego que prepares nuestro corazón para ser mujeres de oración llenas de fe y de humildad para sabernos comportar como esposas, madres, hermanas y amigas. Haz que seamos buenas hijas tuyas y que la presencia del Espíritu Santo esté siempre con nosotras como portadoras especiales de paz, amor y reconciliación. Permite que nuestro ejemplo redunde en conversión para las que no te conocen. Muchas gracias buen Señor.

Un abrazo y bendiciones.