Y tú, hijito mío, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para prepararle el camino. Darás a conocer a su pueblo la salvación mediante el perdón de sus pecados, gracias a la entrañable misericordia de nuestro Dios.
(Lucas 1:76-78).
Lectura: Lucas 1: 57-80. Versículos del día: Lucas 1:76-78.
MEDITACIÓN DIARIA
Zacarías el padre de Juan el Bautista profetizó que su
hijo sería quién iría delante del Señor para prepararle el camino y así sucedió.
El Evangelio de Juan lo confirma: “Vino un hombre llamado Juan. Dios lo envió como
testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos
creyeran. Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. Esa
luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo” (Juan 1:6-9).
Jesús dijo: “—Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). Y prosiguió Zacarías en su cántico:
“Así nos visitará desde el cielo el sol naciente, para dar luz a los que viven
en tinieblas, en la más terrible oscuridad, para guiar nuestros pasos por la
senda de la paz” (vv.78b-79 en la lectura).
Es hermoso saber que el Sol naciente vino para darnos su
luz. Al estar todos separados de Dios, siendo pecadores vivíamos en terrible
oscuridad. Pero por su inmenso amor, gracias a su entrañable misericordia permitió
que viéramos la luz verdadera (Jesús). La luz que alumbra nuestro camino para
guiarnos por la senda de la paz. Una paz que sobrepasa todo entendimiento,
porque es la que nos da la certeza de que estamos unidos con Cristo dependiendo
de su gracia. ¡Gloria a Dios por ese regalo incondicional! Tú, puedes tomar ese
regalo porque también es para ti.
Amado Dios: Infinitas gracias te damos por habernos
permitido conocer a tu Hijo Jesús quien es el Sol naciente para nuestras vidas.
Permítenos vivir bajo su luz para que a la vez, igualmente seamos portadores de
expandirla, colocándola bien alto para que muchos puedan gozar de ella y salgan
de la completa oscuridad hacia la luz de ese Sol naciente. Gracias, muchas gracias
buen Dios.
Un abrazo y bendiciones.
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