—¿Con qué autoridad haces esto? —lo interrogaron—. ¿Quién te dio autoridad para actuar así?
Marcos 11.28. NVI.
Lectura: Marcos 11:27-33. Versículo del día: Marcos 11:28.
MEDITACIÓN DIARIA
Ante esta pregunta el Señor Jesús les hace una contrapregunta
sobre el bautismo de Juan a la que ellos respondieron no saber, por lo cual Él
tampoco respondió la suya. El caso es que el celo de los jefes de los
sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos no los dejaba ver más allá de
su terquedad y tradición, y por eso le cuestionan a Jesús, todo lo que hace: ¿Quién
te dio autoridad para actuar así?” le preguntan. No pudieron entender que Jesús
era el Mesías prometido quien se había de sacrificar por ellos; que era el
Siervo profetizado y anunciado a lo largo del Antiguo Testamento.
En muchas ocasiones nosotros también nos encontramos
con personas que cuestionan todo lo referente al cristianismo porque a pesar de
tener la Biblia y leerla no la pueden entender. Entonces se van hacia los
dogmas y preceptos de sus religiones tradicionales para combatir el verdadero
sentido de la Palabra de Dios. En mi parecer, lo mejor es responder con las
Escrituras porque estas nunca regresarán vacías (Isaías 55:11); por eso es tan
importante no solo leerla sino tenerla grabada para dar la respuesta acertada. Habrá
ciertos casos en que el Espíritu Santo nos dice que callemos, y hay que callar.
Nos podemos encontrar con gente tan terca y cerrada a lo suyo que es preferible
no hablar con ellas y menos discutir. Lo mejor es estar en comunicación
constante con Dios y no ir en nuestras propias fuerzas sino guiados por las de
su Santo Espíritu.
Amado Señor: enséñanos que como cristianos debemos ser
persuasivos compartiendo tu mensaje de salvación. No nos dejes enfrascar con
personas que solamente desean contradecir y creer que ganan en sus opiniones
sin tener fundamento alguno. Gracias porque es tu Santo Espíritu el que
convence al mundo de pecado y nosotros solamente somos instrumentos en tu mano guiados
por Él. Gracias bendito Señor porque creemos y confesamos que toda tu Palabra
es una verdad que jamás se equivoca. ¡Te adoramos bendito Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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