lunes, 3 de diciembre de 2018

Ser íntegro para agradar a Dios


Quiero triunfar en el camino de perfección: ¿cuándo me visitarás? Quiero conducirme en mi propia casa con integridad de corazón. 
Salmo 101:2.

Lectura: Salmo 101:1-8.  Versículo del día: Salmo 101:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Mi esposo siempre ha tenido una frase a flor de piel: ‘Las cosas se hacen bien o no se hacen’; y esto se lo fue inculcando a mis hijos desde pequeños, quienes lo aprendieron y ahora lo practican. De verdad que es gratificante como padres ver que ellos quieren hacer lo mejor. Entonces, si esto es así aquí en la tierra, ¿cómo no será para Dios? A Dios debemos ofrecerle lo excelente y dentro de ese excelente se encuentra todo lo que emprendamos, desde lo más sencillo hasta lo más complejo, pero siempre queriendo dar lo máximo. Esto es buscar el camino de la perfección. Es llevar una vida con integridad de corazón.
Me aterra pensar que lo que menos se encuentra en el común de la gente es la responsabilidad. Es triste ver que personas que se dicen cristianas muchas veces, son las que le restan interés y dedicación a su trabajo. Si hacemos todo para honrar al Señor, entonces, lo que hagamos debe llevar el sello de ‘íntegridad’. Así que, si nos costaba llegar o salir a la hora reglamentada en un trabajo, o hacer a conciencia la tarea encomendada, es tiempo ya de cambiar y empezar a glorificar a Dios con estos pequeños detalles que en últimas son los que nos van a ir creciendo en el desarrollo cristiano. “Las acciones de gente desleal las aborrezco; no tendrán nada que ver conmigo” (v. 3). Esto es muy cierto. Es hora de cambiar nuestra actitud; empecemos.

Amado Señor: gracias por enseñarnos a ser personas íntegras capaces de servir a una sociedad en decadencia y donde los valores se han perdido. Queremos ser testimonio en todos los campos en que nos desempeñemos. Gracias bendito Dios por tu obra en cada uno de nosotros.

Un abrazo y bendiciones.

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