A la mañana siguiente, Jacob se dio cuenta de que había estado con Lea, y le reclamó a Labán: ¿Qué me has hecho? ¿Acaso no trabajé contigo para casarme con Raquel? ¿Por qué me has engañado?
Génesis 29:25.
Lectura: Génesis
29:1-30. Versículo del día: Génesis
29:25.
MEDITACIÓN DIARIA
El capítulo habla de
Jacob ya en Padán Aram, la tierra de sus parientes, en donde Isaac y Rebeca lo
mandaron a buscar esposa. Allí le trabajó a su tío Labán por siete años para
casarse con Raquel que era la mujer que le había gustado, pero su tío le
entregó a su hermana Lea, aduciendo que por ser la mayor tenía que casarse
primero. Jacob le reclama a Labán: “¿Por qué me has engañado?”.
Definitivamente, “con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes”
(Mateo 7:2b). Jacob engañó a su padre Isaac haciéndose pasar por Esaú y ahora
recibe un engaño quizá donde más le duele: en su corazón.
Me pone a pensar que a
pesar de Dios estar con él y de bendecirlo tiene que afrontar las consecuencias
de su pecado. Esto quiere decir que Dios nos perdona cuando pecamos, pero las
consecuencias las tenemos que asumir de todas maneras. Pensemos en el ejemplo
de una jovencita que queda embarazada; le pide perdón a Dios por su pecado y
Dios la perdona. Sin embargo, la consecuencia que es su bebé, llegará; no hay
vuelta de hoja.
Que el ejemplo de Jacob
nos sirva de referencia para no hacerle a los demás, lo que no queremos que nos
hagan.
Amado Señor: Permite que
siempre actuemos con la verdad para no engañar, no mentir y no traicionar a
nuestro prójimo. Gracias por tu Palabra porque de ella aprendemos a
comportarnos como lo deseas Tú. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones
No hay comentarios:
Publicar un comentario