―Señor, no merezco que entres bajo mi techo. Pero basta con que digas una sola palabra, y mi siervo quedará sano.
Mateo 8:8.
Lectura: Mateo
8:5-13. Versículo del día: Mateo 8:8.
MEDITACIÓN DIARIA
Impresionante ver el
reconocimiento de la autoridad de Jesús por este hombre que ni siquiera era
judío. Bien entendía él este principio porque como se lo dijo al Señor: estaba
bajo órdenes, pero también daba órdenes (v. 9). Reconocer esa autoridad lo
llevó a creer firmemente que Jesús solo con decir una palabra su siervo
sanaría.
Este hombre llegó a pedir
por su súbdito con un espíritu quebrantando, una fe con un corazón sincero,
sencillo y humilde como le gusta a Dios. Vale la pena cuestionarnos sobre la
manera cómo le hacemos las peticiones al Señor. ¿Será como obligándolo o como
admitiendo su autoridad, poder y misericordia?
Señor: tampoco somos
dignos de Ti; solamente sabemos que eres un Dios infinitamente amoroso,
misericordioso y poderoso. Nos postramos a tus pies aceptando nuestra condición
de siervos y entendiendo que todo lo que haces por nosotros es por tu divina
gracia. No tenemos cómo agradecerte tanta bondad porque en realidad no la
merecemos. ¡Bendito eres por siempre Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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