Pero Esaú corrió a su
encuentro y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Entonces los
dos se pusieron a llorar.
Génesis 33:4.
Lectura: Génesis
33:1-20. Versículo del día: Génesis
33:4.
MEDITACIÓN DIARIA
Debió ser para Jacob muy
reconfortante y tranquilizador ese abrazo de reconciliación con su hermano
Esaú. Ahora no solamente él sino sus esposas, criadas e hijos podrían vivir en
la tierra de Isaac sin temor alguno. ¡Cuán importante es que los hermanos
convivan en armonía! Eso dice la Escritura en el Salmo 133:1. La paz y la
tolerancia junto con el amor y el perdón en un hogar deberían ser las virtudes reinantes en
este recinto.
El perdón siempre debe de
estar al alcance de todos en una familia y no desecharlo. No solamente se
quitan cargas de encima, sino que es completamente liberador tanto para los del
litigio como para los del resto de la familia. El no perdonar ata, y ata
fuertemente incluso a los seres que decimos amar tanto. Que esta lección nos
sirva de ejemplo para aprender a pedir perdón y a perdonar en nuestras propias
casas.
Amado Señor: gracias por
tu Palabra. Enséñanos a ser humildes practicando el perdón y a no permitir que
el enemigo se aproveche de esta situación para separarnos de Ti y robarnos la
libertad que Tú nos diste. Gracias porque tu deseo es ver hogares reflejando tu
amor alrededor de todos los que lo conforman. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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