Los discípulos no salían de su asombro, y decían: ¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y las olas le obedecen?
Mateo 8: 27.
Lectura: Mateo 8:23-27. Versículo
del día: Mateo 8:27.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor estaba con sus discípulos en el lago cuando se desató una tormenta
y tuvieron miedo. Jesús se había dormido y lo despertaron con este clamor: “―¡Señor
—gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar!” (v. 25). El Señor los reprende
por la poca fe que tienen (v. 26). Personalmente creo, que a ellos todavía les
surgían muchas incógnitas acerca de su Maestro. Unas veces creían, otras no
entendían y otras quizá como en este caso no tenían más opción que acudir a Él.
Igualmente como nos sucede a todos
nosotros. Muchas veces no creemos sino hasta que ya no hay más a dónde
ir y como dicen por ahí que les pasa a los ateos: ‘no creen en Dios hasta que
no están en medio del temor’. Definitivamente el apóstol Pedro fue muy sincero
cuando le dijo al Señor: “¿a quién iremos?” (Juan 6:68). Es que en verdad no
tenemos a quién más ir: solo el Señor puede sacarnos de las tormentas que nos
abruman en el diario vivir.
¿Te estás ahogando y no sabes de dónde cogerte o a quién acudir? Busca al
Señor Jesús, Él está dispuesto a tenderte la mano y si es necesario también
reprenderá las borrascas que están cayendo sobre ti. ¡Créele nada más!
Señor Jesús: Gracias porque si para Ti no existe imposible para reprender
los vientos y las olas con mucho más razón nuestros problemas no se escapan de
tus manos. Gracias Señor Todopoderoso y Misericordioso. Auméntanos la fe para
que miremos con los ojos tuyos y no los nuestros.
Un abrazo y bendiciones.
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