lunes, 26 de marzo de 2018

Que sea un verdadero "Hosanna"


Había mucha gente que tendía sus mantos sobre el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las esparcían en el camino. Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás gritaba: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! 
Mateo 21-8-9.

Lectura: Mateo 21:1-11.  Versículos del día: Mateo 21:8-9.

MEDITACIÓN DIARIA

Jesús entró en su amada Jerusalén montado en un pollino tal cual lo decía la profecía (vv. 4-5). La multitud quiso clamarlo y por esto le pusieron una especie de ‘alfombra roja’ hecha con ramas de árboles, al tiempo que lo proclamaban como hijo de David. La palabra ‘hosanna’ en hebreo significa ‘sálvanos’. Entonces esta multitud lo estaba reconociendo como el Salvador gritando con júbilo y batiendo sus palmas. El Evangelio de Lucas nos complementa el suceso diciéndonos que sus discípulos también se animaron y comenzaron a alabar a Dios. Algunos fariseos quienes se las daban de religiosos, le pidieron a Jesús que callara a sus discípulos: “Pero él respondió: Les aseguro que, si ellos se callan, gritarán las piedras” (Lucas 19:37-40).
Buena lección y reflexión para nosotros los cristianos. Batimos palmas al Señor y lo proclamamos como nuestro Salvador; pero ¿cuántas veces callamos sin pregonar que Él es el Salvador del mundo? O ¿Cuántas otras le hemos alabado y adorado para más tarde salir a negarlo? Quizá también nos hemos envuelto en una religiosidad que nada tiene que ver con el verdadero cristianismo. Hoy tú decides: ¿lo pregonas como Rey, Señor y Salvador? O te silencias ante un mundo que necesita que se le hable de un Dios que perdona pecados y salva a la gente de las garras del infierno. ¡Proclamemos al Salvador! Que nuestro canto sea un verdadero ¡Hosanna!
Señor Jesús: La verdad de tu Palabra nos deja avergonzados ante Ti. No tenemos excusa alguna para no compartir tu mensaje de salvación. Criticamos al pueblo judío y somos exactamente como ellos. Señor, perdónanos; queremos ser en realidad tus embajadores aquí en la tierra. Muchas gracias por escucharnos buen Dios y Señor. ¡Hosanna en las alturas!
Un abrazo y bendiciones,
Dora C.

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