Vámonos a Betel. Allí construiré un altar al Dios que me socorrió cuando estaba yo en peligro, y que me ha acompañado en mi camino.
Génesis 35:3.
Lectura: Génesis
35:1-15. Versículo del día: Génesis
35:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Jacob estaba preocupado
porque en Siquén donde se estableció con su familia había tenido un problema
grave con el hijo de Jamor quien había violado a Dina su hija; y sus hermanos
en venganza mataron a todos los hombres de ese lugar (Génesis 34). El Señor se
le manifestó nuevamente y le ordenó volver a Betel, al mismo sitio donde Él se
le había aparecido cuando tenía problemas con su hermano Esaú (v. 1 en l
lectura). Vemos que nuevamente lo está trasladando hacia la tierra que le
ofreció a Abrahan y a Isaac. Al llegar allí, Jacob erigió un altar al Señor.
Fue también en ese lugar en donde Dios le cambió a Jacob el nombre por el de
Israel (v. 9a).
Es bueno recordar los
favores del Señor porque a menudo cuando ya estamos en la tierra de confort, se
nos olvida todo lo que el Señor ha hecho por nosotros. Esta es mi invitación
hoy; traer a la memoria la cantidad de veces que hemos estado en peligro y el
Señor nos ha sacado a flote librándonos de angustias y pesadas cargas. Es muy
necesario hacerlo porque entre otras cosas nos recuerda que debemos ser
agradecidos. ¡Devuélvete a Betel!
Amado Señor: muchas
gracias por enseñarnos a volver a nuestro betel, la tierra en donde Tu con tu
mano prodigiosa nos la extendiste para librarnos de las acechanzas del maligno.
No permitas Señor que se nos olvide y seamos desagradecidos Contigo porque es bien
sabido por muchos las proezas que has realizado en nosotros. ¡Bendito eres buen
Dios!
Un abrazo y bendiciones.
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