sábado, 24 de marzo de 2018

Promesas de restauración para ti


Porque él no desprecia ni tiene en poco el sufrimiento del pobre; no esconde de él su rostro, sino que lo escucha cuando a él clama. 
Salmo 22:24.

Lectura: Salmo 22:1-31.  Versículo del día: Salmo 22:24.

MEDITACIÓN DIARIA

En este Salmo profético David está clamando a Dios por protección. En la cruz el Señor Jesús al repetir las mismas palabras de David está diciendo: hijo mío, aquí estoy pasando yo tu abandono, tu angustia, tu miseria, tu debilidad, tu desnudez, tu vergüenza. ¡Esto es mucha belleza, mucho amor incomparable! Un amor a pesar de todas nuestras transgresiones. Por todo esto no podemos echar por tierra semejante regalo que Dios nos dio al regalarnos a su Hijo Jesús para morir en nuestro lugar.
Quizá ahorita no lo entendamos, pero llegará el día en que toda lengua confesará su Nombre. “Se acordarán del Señor y se volverán a él todos los confines de la tierra; ante él se postrarán  todas las familias de las naciones, porque del Señor es el reino; él gobierna sobre las naciones” (vv. 27-28). Por eso no temas hacerlo. Si te encuentras abatido y en soledad; enfermo y sin esperanza alguna, es hora de aceptar el sacrificio de Jesús y dejar en Él todas esas cargas que te agobian. Jesús ya pagó por ti; vino a tu rescate. Solo tienes que entregarle tu corazón para que todas las promesas de restauración se cumplan en tu vida.

Señor Jesús: Gracias por lo que hiciste en la cruz para salvarme y rescatarme. Toma mi vida; te la entrego porque sé que Tú puedes levantarme nuevamente y llevarme de tu mano por el camino trazado para mí. Entiendo tu amor, tu compasión y el deseo de darme una nueva vida a tu lado. ¡Bendito eres Señor!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: