lunes, 22 de mayo de 2017

Tenemos el tesoro más grande para compartir

―No tengo plata ni oro —declaró Pedro—, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda! 
Hechos 3:6.

Lectura: Hechos 3:1-10.  Versículo del día: Hechos 3:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Muchas veces creemos que no tenemos nada para dar porque inconscientemente pensamos que necesitamos dinero para ofrecer y el dinero no lo es todo en la vida. Hay cosas que tienen mucho más valor que el material y la principal de todas es regalarle a alguien la salvación. Ningún cristiano puede decir que no sabe cómo llevar a otra persona a los pies de Cristo. El mismo Espíritu Santo nos instruye y nos guía para que hablemos; tal vez, nos falta es voluntad para hacerlo.
Los apóstoles primeros fueron decididos a hablarle a multitud de personas y no desaprovecharon las ocasiones para hacerlo como en el caso del mendigo lisiado de la lectura. No solamente ocurrió el milagro de la sanación de su cuerpo sino también la de su espíritu. “Luego entró con ellos en el templo con sus propios pies, saltando y alabando a Dios” (v. 8). Se nos olvida que al final de cuentas vale muchísimo más la sanidad espiritual que la material; la materia se destruye pero el espíritu sigue para la vida eterna.
Tenemos el tesoro más grande para compartir; no nos dejemos acobardar por el desánimo, la vergüenza o la apatía para hacerlo. Ganaremos coronas en el cielo y aquí tendremos la satisfacción del deber cumplido con nuestro Amo principal.

Amado Señor: Gracias por tu Palabra que es verdad y motivante para obedecer tus mandatos. Gracias porque eres Tú quien pones el denuedo para ir a otros y llevarles el mensaje de la cruz que nos dejaste. Queremos ser fieles a Ti e ir a compartir a los necesitados la fe salvadora que ofreces para toda la humanidad. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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