Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María.
Hechos 1:14.
Lectura: Hechos
1:12-26. Versículo del día: Hechos 1:14.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor me movió a
leer nuevamente el Libro de Hechos de los apóstoles y ya había pasado al
capítulo 2, cuando se me ocurrió preguntarle cómo quería que fuera su Iglesia.
La verdad fue como una revelación o una orden cuestionada: ¿Estás leyendo el
Libro de Hechos? devuélvete y léelo minuciosamente. Volví al capítulo 1 y en
realidad había pasado por alto algo muy importante en lo que fue el inicio de
la Iglesia primitiva. “Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración”;
otras versiones: “Todos se reunían y estaban constantemente unidos en oración”;
“Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego”; “Estos seguidores de
Jesús eran un grupo muy unido, y siempre oraban juntos”. Quise saber
exactamente el significado de ‘unánimes’ y dice el Diccionario RAE: “Dicho de
dos o más personas: Que tienen un mismo parecer, dictamen, voluntad o
sentimiento”. Así que de todas maneras es muy importante tener en cuenta que
eran un grupo muy unido, donde todos
oraban con dedicación, constancia o perseverancia; no decaían en su propósito,
poniéndose de acuerdo en sus peticiones, entregándose por completo con voluntad
y sentimiento a la causa por la cual estaban reunidos: proclamar el evangelio
del Maestro, hijo, hermano y Salvador que tuvieron la oportunidad de conocer
personalmente. Dios bendijo esta unidad llenándolos con el Espíritu Santo
(Hechos 2:4), el Consolador que el Señor Jesús les había prometido. “Y cada día
el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos” (Hechos 2:47b). Considero
que la unión de ellos fue muy importante para el crecimiento de la Iglesia.
Reflexionemos sobre qué
estamos haciendo por nuestra Iglesia y cómo podemos lograr que otros muchos
lleguen a los pies de Cristo para que esta crezca en número y gracia delante de
Dios y de los hombres.
Señor Jesús:
Devuélvenos hasta donde esté a nuestro alcance, a buscarte tal como lo hicieron
los primeros cristianos. Pon en cada uno de nosotros, el mismo parecer, la
misma opinión, voluntad y sentimiento por ver una Iglesia próspera, donde los
que están afuera quieran llegar a ella por el amor, la unidad y la pasión por Ti
que ven reflejados en los que ya te conocemos. ¡Gracias por tu grey buen Señor
y por escuchar nuestra plegaria!
Un abrazo y
bendiciones.
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