miércoles, 10 de mayo de 2017

¿Cómo es nuestro ayuno?

Si quieren que el cielo atienda sus ruegos, ¡ayunen, pero no como ahora lo hacen! 
Isaías 58:4b.

Lectura: Isaías 58:1-14.  Versículo del día: Isaías 58:4b.

MEDITACIÓN DIARIA

Considero que el ayuno implica muchas más cosas que solo dejar de comer. A veces el ayuno se torna en dieta y el tiempo con el Señor se queda en veremos. “¿Acaso el ayuno que he escogido es solo un día para que el hombre se mortifique? ¿Y solo para que incline la cabeza como un junco, haga duelo y se cubra de ceniza? ¿A eso llaman ustedes día de ayuno y el día aceptable al Señor?” (v. 5). Últimamente Dios ha puesto en mi corazón hacer el ayuno privándome de algo que me guste y me cueste no hacerlo; por ejemplo:? cuesta dejar de comer dulce, o dejar de fumar, de tomar, etc.? Ahí es donde se tiene que doblegar la carne para que el espíritu crezca. Además, es buscar el rostro del Señor permitiendo que su Santo Espíritu nos escudriñe y nos muestre en qué estamos fallando. A quienes estamos señalando o criticando. Si de verdad hay perdón sincero de nuestra parte o no.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que no es de un día especial el ser compasivos con el prójimo y perdonador: “¿Acaso el ayuno que he escogido es solo un día para que el hombre se mortifique?” (v. 5a), es para siempre este actuar. Yo diría que debe ser el ‘modo de vida’ del cristiano: dejar la injusticia, la parcialidad, el desánimo, la indiferencia hacia el caído o abatido por circunstancias diversas. El ayuno es pues un tiempo de reflexión queriendo hacer las cosas de modo excelente para Dios en todos los campos y áreas que involucren nuestra vida. Recapacitemos sobre cómo estamos realizando el ayuno y hagámoslo a la manera de Dios.

Amado Señor: Perdona las veces que hemos ayunado sin prestar atención a lo profundo que implica esta disciplina y lo hemos hecho a la ligera. Gracias por enseñarnos a través de tu Palabra a actuar como lo deseas que hagan los tuyos. Pon en nuestro corazón el amor y la misericordia no por un día sino para siempre y de esta manera honrar tu Nombre. ¡Te amamos bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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