Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor, 20 enviándoles el Mesías que ya había sido preparado para ustedes, el cual es Jesús.
Hechos 3:19-20.
Lectura: Hechos
3:11-26. Versículos del día: Hechos
3:19-20.
MEDITACIÓN DIARIA
Bueno, no importa que
repita, recalque y continuamente publique el arrepentimiento de los pecados
porque ese fue el mensaje del Señor Jesús hacia sus discípulos y ellos fueron
diligentes en obedecerlo. Por eso Pedro no perdía ocasión para hacer
reflexionar al pueblo judío de lo que había hecho al condenar a Jesús, y
hacerles entender que ese Cristo que ellos crucificaron era el Salvador del
mundo. Por mi parte cada vez que pueda por este medio, lo haré porque este
mensaje también es para todos los gentiles. Pedro continuó en su predicación
diciendo: “Ustedes, pues, son herederos de los profetas y del pacto que Dios
estableció con nuestros antepasados al decirle a Abraham: Todos los pueblos del
mundo serán bendecidos por medio de tu descendencia” (v. 25). Una bendición que
abarca no solamente al pueblo judío sino a toda la humanidad. No importa el insistir,
porque hay que persistir y no desistir.
Así, no hay que
rechazar al Mesías que Dios nos preparó; al contrario hay que aceptarlo como
Señor y Salvador personal, arrepintiéndose de todos los pecados y Dios que es
misericordioso lo tendrá en cuenta dándole a quien lo haga la vida eterna.
Quizá esta es la última oportunidad que tienes: hoy estamos, mañana no sabemos.
Si lo deseas podemos orar así:
Señor Jesús: Reconozco
que eres el Hijo de Dios, muerto y resucitado por mí. Hoy me arrepiento de mis
pecados y te acepto en mi vida como Señor y Salvador. Gracias por todo tu amor
y una vida eterna a tu lado. ¡Bendito eres Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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