Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.
Salmo 37:4.
Lectura: Salmo
37:1-9. Versículo del día: Salmo 37:4.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor en su infinita
fidelidad, nos demuestra a diario cuánto nos ama y consiente. ¡Gloria a Dios! Es
maravilloso saber que tenemos a un Dios que nos ama tanto y que se goza con
nuestra felicidad.
Nunca pensemos que el
Señor se ha olvidado de nuestras peticiones. Él más que nadie conoce lo que hay
en nuestro corazón y como buen Padre quiere darnos lo mejor incluyendo esos
anhelos que incluso a veces no se los expresamos pero que Él conoce muy bien.
No hay que desfallecer; al revés siempre hay que tenerlo presente en el primer
lugar; estar contándole nuestras cuitas diarias y tener la certeza que en
realidad estamos hablando con nuestro Creador. Si el Alfarero perfecto sabe qué
lugar de esa pieza que somos cada uno está fallando o está resquebrajada,
seguro que viene a repararla de inmediato. Así veo yo lo concerniente a lo que aspiramos
y que en un momento dado, pareciera que no tiene importancia, pero para Dios,
todo lo nuestro es importante.
La lectura de hoy nos
llama a no irritarnos, no envidiar, a refrenar el enojo y por otra parte a
confiar en el Señor y encomendarle a Él nuestro andar. Hagámoslo que el Señor
no tardará en darnos ese gusto tan esperado.
Amado Señor: Gracias
por estar pendiente de mis anhelos y permitir que estos se cumplan. Gracias por
la vida de mi esposo y de cada uno de mis hijitos, nuera y nietecitos. Es una
alegría completa poder disfrutar unos días a su lado en feliz comunión unos con
otros. ¡Te alabo Señor por tu inmensa bondad! Siempre estás ahí para darme más
de lo esperado. ¡Te amo buen Dios! ¡Eres mi Papito Consentidor!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario