En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción.
2 Pedro 2:1.
Lectura: 2 Pedro
2:1-22. Versículo del día: 2 Pedro 2:1.
MEDITACIÓN DIARIA
La Biblia, la Palabra
de Dios que nunca pasa ni desaparecerá, nos confirma aquí lo que ahora vemos
que está sucediendo dentro de la Iglesia del Señor. El apóstol Pedro nos alerta
sobre los falsos maestros que vendrían, y ya los encontramos en medio de
nosotros. Lo triste es que con sus palabrerías y sermones han engañado a
multitudes. “Muchos los seguirán en sus prácticas vergonzosas, y por causa de
ellos se difamará el camino de la verdad” (v. 29. Sí, son muchos los que entran
a aquellas falsas por lo general mega-iglesias y siguen como idos a esos embaucadores
‘pastores’. “Llevados por la avaricia, estos maestros los explotarán a ustedes
con palabras engañosas” (v. 3). Observemos otros apartes de lo que en verdad
demuestran: “¡Atrevidos y arrogantes que son!”; “Tienen los ojos llenos de
adulterio y son insaciables en el pecar; seducen a las personas inconstantes;
son expertos en la avaricia, ¡hijos de maldición! Han abandonado el camino recto, y se han
extraviado para seguir la senda de Balán, hijo de Bosor, a quien le encantaba
el salario de la injusticia”; “Les
prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, ya que
cada uno es esclavo de aquello que lo ha dominado” (vv. 10; 14-15 y 19).
Quizá muchos de ellos
algún día conocieron el camino recto y se desviaron. Infortunadamente se
dejaron llevar por la codicia y la avaricia. Recordemos que el amor al dinero
es el principio de todos los males (1 Timoteo 6:10); es una raíz que va
creciendo desaforadamente y ciega la mente y el espíritu. En mi concepto,
respecto al tema, es abrirle de par en par las puertas a Satán para que entre,
se salga con la suya y engañe a toda una Congregación. ¡Cuánta maldad están
sembrando estos aparentes predicadores! Con razón dice aquí mismo la lectura lo
siguiente: “Desde hace mucho tiempo su condenación está preparada y su
destrucción los acecha” (v. 3b en la lectura).
Por eso es tan
importante aprender la Palabra y confrontarla con lo que se predica. El
conocimiento de la verdad no permitirá que seamos ilusos y nos dejemos engañar.
Amado Señor: Hoy oramos
por los fieles de esas mentirosas iglesias que están engañados y no han abierto
sus ojos al verdadero mensaje tuyo de salvación. Tú conoces Señor los corazones
de todos ellos y sabes librar a los que viven como lo deseas. Te rogamos que
los llenes de tu Santo Espíritu y les des el discernimiento necesario para que
salgan de ahí en donde están encarcelados y busquen la verdadera libertad. ¡Gracias
mi Señor por escucharnos!
Un abrazo y bendiciones.
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