Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.
1 Timoteo 6:10.
Lectura: 1 Timoteo
6:1-21. Versículo del día: 1 Timoteo 6:10.
MEDITACIÓN DIARIA
Así es; el amor al
dinero no solo desvía a las personas cristianas del verdadero camino. Es el
causante de discordias entre familias e incluso de divorcios. Si observamos
detenidamente todo lo que hace la avaricia, encontramos que no le importa matar
con tal de cumplir su cometido. Es la raíz de la codicia, de la envidia, de la
usura, de la corrupción, de la destrucción, del homicidio y hasta de la
prostitución. Son muchos los pecados que se derivan por solo el amor al dinero.
El dinero no es malo
cuando se obtiene sanamente y además si se aprovecha esa riqueza en bien de los
demás. Pablo le aconseja a Timoteo lo siguiente: “A los ricos de este mundo,
mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son
tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo
disfrutemos. Mándales que hagan el bien,
que sean ricos en buenas obras, y generosos, dispuestos a compartir lo que
tienen” (vv. 17-18). Bien lo dice aquí la Escritura: las riquezas son
inseguras: hoy están y mañana ya se esfuman; “Es como si les salieran alas,
pues se van volando como las águilas” (Proverbios 23:5). Por eso nuestra
esperanza debe de estar cimentada en Aquel que es el Dueño de todo el oro y la
plata del mundo: en Dios nuestro Señor. Cuidémonos de amar el dinero y de
anteponerlo por encima de Dios o de nuestra familia.
Amado Señor: Gracias
por tu Palabra. Te rogamos que nos enseñes a manejar el dinero y los bienes que
nos has provisto con mesura sabiendo que de ellos también tenemos que darte
cuenta. Danos sabiduría para administrar las finanzas que nos has encargado
mientras estemos en este peregrinaje. ¡Bendito eres Señor! ¡Eres nuestro
Proveedor y Sustentador!
Un abrazo y
bendiciones.
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