sábado, 24 de septiembre de 2016

Eres nuestro Pastor por excelencia

Me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. 
Salmo 23:3.

Lectura: Salmo 23:1-6.  Versículo del día: Salmo 23:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Definitivamente, el Señor cuida tanto de sus ovejitas que cuando ya no deseamos pararnos para seguir caminando, nos levanta renovando nuestras fuerzas. Asemejo este versículo con la imagen de Jesús llevando una ovejita en sus brazos y la verdad, me imagino cuando estoy tan cansada y agotada que así me cargará. Es que, no sé, pero el Señor se las ingenia para en un momento dado transportarme a verdes prados y a aguas tranquilas para calmar mi ansiedad y darme sosiego. ¡Gracias Señor por tu cuidado y fidelidad!
David compuso este Salmo y sabía exactamente la misión puesto que fue el pastor del rebaño de su padre. Conocía perfectamente las necesidades de su redil y sus deberes para con ellas no se hacían esperar. Vemos que el pastor de una manada busca siempre proveerles resguardo, verdes pastos, agua, e incluso protección a sus ovejitas. Este Salmo nos invita a buscar en nuestro amado Señor, al Pastor por excelencia. “Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con cuidado a las recién paridas” (Isaías 40:11). Jesús el buen Pastor las conoce perfectamente y las llama a cada una por su nombre, las saca del redil y va delante de ellas; sus ovejas le siguen porque reconocen su voz (Juan 10:3-4).
Dejémonos guiar, amar y consentir por nuestro buen Pastor. Él sabe el momento y el tiempo exacto en que tiene que levantarnos y llevarnos cargados; entiende y conoce nuestras necesidades y nos provee de alimento, agua, refugio y consuelo.

Amado Señor Jesús: gracias por ser tan especial. Gracias porque como el mejor de los Pastores, cuando nos ves lastimados y en soledad, vienes a nosotros para hacernos compañía, curar las heridas y renovar nuestras fuerzas, permitiéndonos descansar en tu regazo. ¡Te amamos bendito Jesús!

Un abrazo y bendiciones.


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