Por eso, así dice el Señor: Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y hablas lo que en verdad vale, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos.Jeremías 15:19.
Lectura: Jeremías
15:19-21. Versículo del día: Jeremías
15:19.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor siempre está
dispuesto a perdonar y sin embargo el hombre es altivo, orgulloso y necio. No
tiene en cuenta la bondad con la que Dios lo mira y quiere sacarlo adelante.
Por otro lado, ¡es tan fácil dejarse convencer de otros dioses pero tan difícil
voltear los ojos al que es Dios Poderoso y Misericordioso! Esto tiene que ser
obra del enemigo que es a quien no le conviene la reconciliación de la
humanidad con nuestro Padre Celestial.
Gracias al Señor Jesús
que vino para abrirnos el camino directo hacia Dios Padre. Jesús es el Verbo
encarnado que se hizo hombre para venir a pagar con su propio cuerpo y su
propia sangre, la deuda que teníamos pendiente con Papá Dios, desde la caída de
Adán y Eva. En medio de este mundo confuso y vacío en el que nos desenvolvemos,
es fácil ser presa de Satanás y dejarse llevar de forma sutil por él. ¡Cuidado!
El anda como león rugiente buscando a quien devorar. No nos dejemos engañar;
busquemos al Señor Jesús para que haya un cambio total de actitud, con un
arrepentimiento genuino y de este modo comenzar el proceso de restauración
hasta llegar a cimentarnos fuertemente para ser usados en su obra y poder decirle:
—Aquí estoy Señor. ¡Envíame a mí! (Isaías 6:8).
Miremos bien, que somos
nosotros los que haremos que ellos nos sigan; nunca al revés. Si somos
portadores del mensaje de salvación tenemos que dar testimonio para que el
mundo crea en Jesús, por lo que vea en nosotros. En conclusión es un
arrepentimiento que conduce a ser portavoz de palabras para la vida eterna.
Amado Señor: Haz que
nuestro corazón se voltee completamente con arrepentimiento sincero para
recibir tu restauración y a la vez contribuir a que otros se acerquen a Ti.
Queremos ser como misioneros andantes quienes tenemos la obligación de
testificar con nuestro propio ejemplo. Inúndanos con tu Santo Espíritu para
renovar cada día el valor y la fortaleza para seguirte sin desviarnos. ¡Gracias
buen Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario