jueves, 11 de febrero de 2016

Arrepentimiento que conduce a ser portavoz de su mensaje




Por eso, así dice el Señor: Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y hablas lo que en verdad vale, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos. 
Jeremías 15:19.


Lectura: Jeremías 15:19-21.  Versículo del día: Jeremías 15:19.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor siempre está dispuesto a perdonar y sin embargo el hombre es altivo, orgulloso y necio. No tiene en cuenta la bondad con la que Dios lo mira y quiere sacarlo adelante. Por otro lado, ¡es tan fácil dejarse convencer de otros dioses pero tan difícil voltear los ojos al que es Dios Poderoso y Misericordioso! Esto tiene que ser obra del enemigo que es a quien no le conviene la reconciliación de la humanidad con nuestro Padre Celestial.
Gracias al Señor Jesús que vino para abrirnos el camino directo hacia Dios Padre. Jesús es el Verbo encarnado que se hizo hombre para venir a pagar con su propio cuerpo y su propia sangre, la deuda que teníamos pendiente con Papá Dios, desde la caída de Adán y Eva. En medio de este mundo confuso y vacío en el que nos desenvolvemos, es fácil ser presa de Satanás y dejarse llevar de forma sutil por él. ¡Cuidado! El anda como león rugiente buscando a quien devorar. No nos dejemos engañar; busquemos al Señor Jesús para que haya un cambio total de actitud, con un arrepentimiento genuino y de este modo comenzar el proceso de restauración hasta llegar a cimentarnos fuertemente para ser usados en su obra y poder decirle: —Aquí estoy Señor. ¡Envíame a mí! (Isaías 6:8).
Miremos bien, que somos nosotros los que haremos que ellos nos sigan; nunca al revés. Si somos portadores del mensaje de salvación tenemos que dar testimonio para que el mundo crea en Jesús, por lo que vea en nosotros. En conclusión es un arrepentimiento que conduce a ser portavoz de palabras para la vida eterna.

Amado Señor: Haz que nuestro corazón se voltee completamente con arrepentimiento sincero para recibir tu restauración y a la vez contribuir a que otros se acerquen a Ti. Queremos ser como misioneros andantes quienes tenemos la obligación de testificar con nuestro propio ejemplo. Inúndanos con tu Santo Espíritu para renovar cada día el valor y la fortaleza para seguirte sin desviarnos. ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: