jueves, 4 de febrero de 2016

Tu paciencia es inagotable Señor




Luego dijo: —Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 
Lucas 23:42.


Lectura: Lucas 23:26-43.  Versículo del día: Lucas 23:42.

MEDITACIÓN DIARIA

La lectura nos habla de la crucifixión del Señor Jesús y de cómo no solo echaron suertes sobre su ropa, sino que los soldados y aún los gobernantes se burlaron de Él (vv. 34-38).  Llevaban también dos criminales para ejecutar y pusieron uno a su izquierda y otro a su derecha. Uno de ellos igualmente empezó a insultarlo y el otro le refutó: “¿Ni siquiera temor de Dios tienes, aunque sufres la misma condena? En nuestro caso, el castigo es justo, pues sufrimos lo que merecen nuestros delitos; éste, en cambio, no ha hecho nada malo” (vv. 40-41) y “Luego dijo: —Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”.
Es importante resaltar la actitud de este segundo criminal; era muy consciente de que habían pecado y merecían la condena pero que Jesús era diferente. A mi modo de ver hubo en ese momento una confesión de su parte, y a la vez un reconocimiento de que Jesús era quien dijo ser. De otra manera no habría pronunciado: “acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”.
Ahí es donde tenemos que poner bien la mirada y entender que así sea el criminal más cruel y sanguinario, si se refugia bajo las alas del Señor en momentos previos a su muerte y se arrepiente, alcanzará la salvación. Y nosotros no somos nadie para juzgarlos ni pensar por esto que Dios es injusto. Considero que esto fue lo que quiso decir el Señor en la Parábola de los Viñadores cuando los últimos solo trabajaron una hora y recibieron igual recompensa que los que habían trabajado todo el día: “Así que los últimos serán primeros” (Mateo 20:16).

Amado Señor: Gracias porque nos enseñas el valor inmenso que tienen tu misericordia y tu amor, y que están siempre disponibles para quien desee tomarlos. Gracias porque hasta último momento estás trabajando en el hombre, con el fin de que llegue a arrepentirse y te reconozca como Salvador de su vida. ¡Eres Inigualable bendito Señor! ¡Tu paciencia nunca se agota!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: