martes, 16 de febrero de 2016

La importancia del amor




Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. 
1 Corintios 13:2.


Lectura: 1 Corintios 13:1-13.  Versículo del día: 1 Corintios 13:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Acabó de pasar el día del Amor y la Amistad en Estados Unidos, y los establecimientos comerciales se llenaron de corazones y leyendas para reflejar el amor. Un amor, considero, que en la mayoría de los casos son simplemente eso: comercio. El verdadero amor que se debe manifestar no solo entre cónyuges, novios o amigos sino con todo el prójimo nos lo describe Dios aquí en este capítulo de la Biblia.
¿Qué es el amor? “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (vv. 4-7). Miremos todas las cualidades que implica lo que es amar. No las leamos solamente: pongámonos situaciones cotidianas y preguntémonos con cada una si en realidad lo estamos practicando. Por ejemplo: ¿el amor que le tengo a mi esposo(a), si es paciente? O ¿el amor que digo profesarle a mis padres, se enoja o no fácilmente? Y también, ¿el amor hacia mi enemigo se regocija con la verdad o me deleito en su desgracia?  ¿Si estoy dispuesto a creerlo todo? ¿A esperarlo todo? ¿A soportarlo todo? O ¿me dejo vencer por la envidia, el orgullo, la rudeza, el egoísmo, el rencor? ¿Qué clase de amor estoy sinceramente ofreciendo?
Creo que si en realidad practicáramos el verdadero amor las convivencias serían más fáciles, los hogares más llevaderos y ganarían los hijos porque no habría tantos divorcios. En fin, toda la sociedad se beneficiaría si ejerciéramos el amor como nos lo enseña el Señor. Es tan alto y sublime el amor que yo diría es la esencia de la vida; y esa esencia indiscutiblemente es la naturaleza propia de Dios, sin el cual es imposible completarlo todo.

Amado Señor: Solo nos basta comprender lo que hiciste por nosotros para entender lo que es el verdadero amor. Aunque sabemos que aquí somos imperfectos, te rogamos bendito Señor que pongas en cada uno de nosotros, la dosis suficiente de ese amor tuyo regalado, para que demostremos al mundo que somos diferente. ¡Gracias buen Señor!  

Un abrazo y bendiciones.

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