Salida del desierto

Yo hago brotar agua en el desierto, ríos en lugares desolados, para dar de beber a mi pueblo escogido, al pueblo que formé para mí mismo, para que proclame mi alabanza.

Isaías 43:20b-21.

Lectura diaria: Isaías 43:15-21. Versículos del día: Isaías 43:20b-21.

ENSEÑANZA

Dios sabe en qué tiempo nos habla y tiene el momento exacto para hacerlo. La predicación de mi iglesia ayer hablaba sobre el desierto que en determinadas circunstancias pasamos los cristianos. Estuve atenta a su enseñanza pero tengo que decir que solamente hasta el final, el Señor tocó mi corazón profundamente. Antes al escuchar una prédica sobre algo parecido o lo mismo, lloraba porque no sabía hasta cuándo el Señor me llevaría por ese desierto. Ayer, mi corazón se quebrantó pero por un agradecimiento tan profundo hacia mi Señor, al comprobar que la aridez y sequía del desierto andado ya había pasado y leyendo más adelante , resolví tomar los versículos de lectura para este devocional ya que mi interés es compartirles a ustedes lo que Dios me enseña diariamente. Tengo que hablar y exaltar el nombre de Dios porque si no me estallo. Sin duda como dice en Isaías 51:3 “Convertirá en un Edén su desierto; en huerto del Señor sus tierras secas. En ella encontrarán alegría y regocijo, acción de gracias y música de salmos”. Sí, eso fue lo que pasó exactamente con nosotros; el Señor hizo brotar agua en el desierto para darnos de beber a quienes somos sus escogidos. ¡Alegría tan grande es indescifrable! Repito el mismo himno de alabanza de ayer: “¡A Él sea la gloria, la honra y poder! ¡Al que reina por los siglos y su nombre Santo es!” Que todos ustedes sepan que el Dios en quien he creído y de quien les hablo es el verdadero Dios, capaz de voltear lo imposible para llenarnos de su plenitud y gozo. ¡Él es mi Cristo, mi hermoso Cristo! Amado Señor: Gracias porque solamente tú puedes convertir nuestro llanto de angustia en llanto de alegría y agradecimiento. Te alabaré por siempre y exaltaré tu nombre.

Un abrazo y bendiciones.