miércoles, 24 de noviembre de 2010

Agradecimiento todos los días

Cuando te llamé me respondiste, me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas.
Salmo 138:3.


Lectura diaria: Salmo 138:1-8. Versículo del día: Salmo 138:3.


ENSEÑANZA


Así como he enfrentado tantas vicisitudes a lo largo de mi vida cristiana, también he podido siempre ver la mano amorosa del Señor brindándome su ayuda. Tal como reza el verso: te llamé y me respondiste; me diste ánimo y nuevas fuerzas, es lo que he podido recibir de parte de Dios. Hay una similitud en cuánto a David conmigo: a pesar de las angustias, he tenido muy presente que Dios me tiene con un propósito definido y no permitirá que me vaya hasta que Él no lo vea cumplido en mí (vv. 7, 8). Soy obra de sus manos y desde mucho antes el Señor ya sabía lo que tenía para mi vida. Alabado sea el Señor que cumple su Palabra y que nos permite gozarnos cada día a pesar de las dificultades. Cada distinto amanecer, son nuevas fuerzas para tomar; es dejar a un lado el ayer y comenzar nuevamente de cero. Es constatar que su fidelidad perdura porque “El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto digo: El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!”(Lam. 3:22-23), y definitivamente, si no nos cogemos de Él ¿de quién más podemos hacerlo? Pero gracias, infinitas gracias doy porque si no hubiese conocido a mi Rey y Salvador muy seguramente hace mucho tiempo hubiera botado la toalla. Por eso Señor, “quiero alabarte de todo corazón y cantarte salmos delante de los dioses”.


Un abrazo y bendiciones.

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