domingo, 28 de noviembre de 2010

La ayuda viene de nuestro Dios

Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios.
Salmo 146:5.


Lectura diaria: Salmo 146:1-9. Versículo del día: Salmo 146:5.


ENSEÑANZA


El verso anterior nos dice que no pongamos la confianza en gente poderosa y nos afirma que son simples mortales que no pueden salvar (v. 3). En otras palabras, su ayuda es mínima al lado de lo que Dios puede hacer por sus hijos. ¡Y esta es la confianza que debemos tener en el Señor! Porque Él hace justicia por los oprimidos; da de comer a los hambrientos y liberta a los cautivos; sana a los enfermos del cuerpo y del alma; y protege a los extranjeros. Nosotros, como emisarios de Dios aquí en la tierra, debemos ser portadores de la misericordia que Él emana y brindarla sin espera a todo el que la necesite. No podemos creer que sea Dios quien baja directamente en persona de su reino para abrirnos los caminos esperados, pero sí tener la certeza que pone en el corazón de las personas el obrar de acuerdo a su amor y compasión. Que no nos pase como la anécdota escuchada hace mucho tiempo respecto a unos cristianos que naufragaron y llegaron solitarios a una isla pequeña y lejana donde no había absolutamente nada. Le pidieron al Señor que los salvara y el Señor escuchó su oración: les envió uno y otro medio para sacarlos, pero ellos se negaron a recibirla. Así fue como murieron y al llegar a la presencia del Señor le reclamaron su falta de socorro a lo cual Él les respondió: “hijos les envié todos los medios posibles peros ustedes no los apreciaron”. Ellos esperaban ver directamente a Dios tendiéndoles la mano, sin recordar que es Dios quien pone en los corazones el querer como el hacer por su buena voluntad (Fil. 2:13). Todas esas personas que de un modo u otro nos han tendido la mano, no han sido más que angelitos que Dios ha puesto a nuestro lado para sacarnos avante en las dificultades. Por eso es tan importante el dar como el recibir. La Biblia dice que es mejor dar que recibir y eso es muy cierto; sin embargo, también debemos ser humildes para recibir y no robar las bendiciones de los que nos quieren ofrecer apoyo, mostrando un falso orgullo y suficiencia que en realidad no tenemos. Aceptemos la ayuda sabiendo que viene de Dios y que es Él quien abre y cierra puertas.


Un abrazo y bendiciones.

2 comentarios:

lando dijo...

Hola mil gracias por tus devocionales, son alegria y traen esa paz tan anhelada por cada hijo de Dios y seguir confiando al 100% en sus promesas, El es y EL hara,. Dios te siga bendiciendo.

Dora C. dijo...

Apreciado Lando:

Gracias por tu comentario, el cual me llena de gran satisfacción. Ese es mi interés, llevar una gotica de la paz y el amor del Señor a los demás. Bendiciones.