lunes, 22 de noviembre de 2010

Armonía demostrada en hermandad

¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!
Salmo 133:1.


Lectura diaria: Salmo 133:1-3. Versículo del día: Salmo 133:1.


ENSEÑANZA


La paz y la armonía empiezan en el hogar. Qué satisfactorio es encontrar un hogar donde reinan la solidaridad, el entendimiento, la tolerancia, la cordialidad y la fraternidad entre los miembros de una familia. Dice la Palabra de Dios que es como el aceite que cae desde la cabeza hasta los píes y refrescante como el rocío de Hermón sobre los montes de Sión; o sea que poco a poco va lubricándolo de manera que las asperezas que se puedan presentar se hagan más suaves y corran libremente sin dejar huellas que lamentar. Refrescante porque cada gota de apoyo mutuo, permite llevar las cargas con menos sudor. Donde se manifiestan estas virtudes es porque Dios está presente y derrama sobre ellos bendición y vida eterna. Tenemos que aprender a convivir primero con los nuestros, con los que están más cerca, para después brindar esa misma concordia a los de afuera. Esta hermandad es la que nos lleva a compartir unos con otros tanto las alegrías como las tristezas. El seno familiar donde los hermanos se ayuden y respeten mutuamente es digno de admiración. Eclesiastés dice que mejor son dos que uno porque si uno cae, el otro lo levanta (Ec. 4:9-10). La unión se percibe con mayor frecuencia en los hogares donde el vínculo fraternal es más fuerte y por consiguiente es la huella dejada a las generaciones venideras. Le doy gracias a Dios porque crecí en un hogar donde el ejemplo de hermandad caló muy hondo y ahora puedo ver los frutos de ello, también en mis hijitos. Pidámosle al Señor que nos permita ser sensibles a lo que dice su Palabra y convivamos en armonía en los hogares para de este modo colocar una semilla de paz en nuestra sociedad que tan hambrienta está de ella. 1 Juan 2:10 dice: “el que ama a su hermano permanece en la luz, y no hay nada en su vida que lo haga tropezar”. Demostremos amor entre los hermanos conviviendo en armonía; siendo luz que brille siempre aprendiendo a tolerarnos unos a otros y tendiendo siempre la mano cuando sea necesario.


Un abrazo y bendiciones.

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