jueves, 11 de noviembre de 2010

La ayuda mutua

Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!
Eclesiastés 4:12.


Lectura diaria: Eclesiastés 4:7-12. Versículo del día: Eclesiastés 4:12.


ENSEÑANZA


Los cristianos debemos aprender a ayudarnos mutuamente. No solamente con la oración aunque esta es muy importante. También ser conscientes y entender que “la unión hace la fuerza” y estar siempre dispuestos a tender la mano en el campo que se necesite. No todos tenemos el don de servicio, pero el Espíritu Santo puede otorgárnoslo si se lo pedimos. Debemos unirnos parar orar, para ayudar al prójimo, para crear fuentes de trabajo, para luchar por nuestros principios, etc., etc. Gálatas 6:2 nos lo manda: “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas”. Desafortunadamente, por lo menos en el campo laboral existe un recelo porque los creyentes creen que por serlo tienen derechos que no son derechos sino excusas para no cumplir con el trabajo. Si nos proponemos a acabar con estos mitos y mañas, creo que se lograrían excelentes resultados. ¡Qué mejor para mostrar al mundo que una congregación con ministerios no solamente en lo espiritual sino también en lo material! Una iglesia dotada de profesionales que se unan y con su labor específica pueda llegar a otros necesitados. ¿Qué tal un gremio de odontólogos o de pediatras, arquitectos o ingenieros? Sería maravilloso encontrar un grupo de profesionales de la salud unidos, buscando el bien común; o ver una obra de vivienda realizada por profesionales de este gremio. ¿Cuántos no se beneficiarían con estos servicios y cuántos otros no llegarían a los píes del Señor por esos testimonios? Dice el refrán que “una sola golondrina no hace verano” y el versículo del día nos lo confirma porque “¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente! La Iglesia primitiva fue ejemplo de unidad entre los creyentes. Se ayudaban unos a otros manteniéndose firmes no solo en la oración y enseñanza, también compartiendo la comida con alegría y generosidad (Hch. 2:41-47). Tratemos de canalizar todos nuestros medios para ver si un día logramos parecernos a estos primeros cristianos. Recordemos la parábola de los talentos y pongamos a producir los nuestros que la unidad hace la fuerza y podemos llegar muy lejos.


Un abrazo y bendiciones.

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