viernes, 26 de noviembre de 2010

Protección contra los enemigos

Señor, protégeme del poder de los impíos, protégeme de los violentos, de los que piensan hacerme caer.
Salmo 140:4.


Lectura diaria: Salmo 140:1-13. Versículo del día: Salmo 140:4.


ENSEÑANZA


A través del salmista, el Señor nos enseña que debemos orarle pidiendo protección. Como las tinieblas no pueden concordar con la luz, es evidente que el cristiano sin querer se ve involucrado muchas veces en problemas. Es más que entendible, el adversario siempre andará buscando a quién devorar (1 P. 5:8b), y busca hacernos caer así sea de la manera más absurda. La oración constante del creyente con la armadura completa (Ef. 6:10-18), es importante para combatir al enemigo. La protección de Dios lo incluye todo: desde caer en un hueco hasta librarnos del poder de los violentos. Se tiende a pensar que a los cristianos no puede llegarnos pruebas y adversidades y yo me atrevería a decir que incluso somos el blanco más ansiado para Satanás, pues a los que hacen lo que a él le gusta, ¿para qué los va a mortificar? El ataca, a las presas que están en perfecta coordinación con Dios y cuando las hace caer se rie de nosotros y ahí sí empieza a señalarnos con el dedo y a acusarnos día y noche delante del Señor (Ap. 12:10c). Como conclusión aprendamos a reconocer y enfrentar al enemigo y no nos pongamos en la tarea de pelear y batallar con las personas. Oremos por ellas y entendamos que su actuación es dirigida con los garfios del demonio. Señor, permítenos estar alertas ante los ataques del intruso. Cúbrenos con tu preciosa sangre y danos el discernimiento necesario para saber cuándo por obra del intruso las personas se van contra nosotros. Te pedimos protección y no permitas que sus planes prosperen. Oramos por todos aquellos que de un modo u otro quieren hacernos daño para que tu gracia caiga sobre ellos y puedan comprender tu amor y misericordia.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: