martes, 20 de octubre de 2009

Promesas de amor y restauración

Volverás a vivir en paz y tranquilidad, y ya nadie te infundirá temor. Porque yo estoy contigo para salvarte –afirma el Señor–.

Jeremías 30:10c-11a.

Lectura diaria: Jeremías 30:10-11 y 31:3-9; Oseas 11:1-11. Versículo del día: Jeremías 30:10-11.

ENSEÑANZA

Desempolvando mis apuntes antiguos encontré uno de hace más de diez años, donde plasmaba promesas de amor y restauración de Dios para mí, basados en Jeremías 30-31, y Oseas 11 y 14. Hoy quiero compartirlos con ustedes:

“Desde que eras niña, yo te amé;

Y desde lejos te llamé.

Pero cuánto más te llamaba

Más te alejabas de mí.

Yo fui quien te enseñó a caminar

Fui yo quien de la mano te tomó

Pero no quisiste reconocer

Que era yo quien te cuidaba.

Te atraje con cuerdas de ternura

Te atraje con lazos de amor

Te quité de la cerviz el yugo

Y con ternura me acerqué a ti.

¿Cómo podría yo entregarte, Dora?

¿Cómo podría abandonarte?

Si con amor eterno te he amado

Y por eso sigo fiel.

Te edificaré de nuevo

Y saldrás a bailar con alegría;

Volverás a plantar tus viñedos

Y de sus frutos gozarás.

Regocíjate con alegría

Y con voces de júbilo cantad;

Yo seré para ti como el rocío

Y te haré florecer como el lirio.

Tendrás el esplendor del olivo

Y la fragancia del cedro del Líbano;

Volverás a habitar bajo mi sombra

Volverás a plantar tus viñedos.

¡Vuélvete Dora!

¡Vuélvete al Señor tu Dios!

¡Porque soy yo quien te responde!

¡Soy yo quien cuida de ti!


Un abrazo y bendiciones.

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