sábado, 10 de octubre de 2009

El mandamiento nuevo

Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros

Juan 13:34.

Lectura diaria: Juan 13:31-38. Versículo del día: Juan 13:34.

ENSEÑANZA

¡Amarnos los unos a los otros! A veces creemos que es fácil, pero el amar al prójimo no es tan sencillo; el mandamiento completo es “como yo los he amado” y el amor del Señor Jesús llegó hasta el punto de dar su vida en rescate por nosotros. Preguntándole al Señor ¿cómo puedo amar a mi prójimo? El Espíritu Santo me mostró que no es solamente tendiéndole la mano caritativamente o adulándolo. El verdadero amor encierra un compromiso tal, que conlleva servicio, humildad, generosidad, sinceridad, compasión y algo que aprendí hoy: prudencia. Quizá viendo a nuestro hermano o amigo en dificultades nos es fácil tenderle la mano generosa, pero nos dejamos llevar por palabras que ofenden y hieren, y lo que hacemos con la mano lo borramos con la lengua. “En los labios del prudente hay sabiduría”; “los labios del justo orientan a muchos” (Proverbios 10:13 y 21). Aprendamos pues, que si de verdad amamos, no tenemos que darle rienda suelta a la lengua hasta llegar a juzgar o calumniar al prójimo. “El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua” (Proverbios 10:19). No hablemos tanto, actuemos; el hermano no solamente agradecerá la ofrenda, sino que apreciará cualquier omisión de juzgamiento. Por ejemplo, una niña cae y queda embarazada, se acoge y se le da refugio; sin embargo, todo el que llega se entera de la situación con pelos y señales al punto de injuriar a la afectada. ¡No se ha hecho absolutamente nada! El favor que se le brindó, quedó empañado con la denigración. El amor encierra perdón y prudencia. El Señor dijo: “quien esté libre de pecado, tire la primera piedra”. Errores cometemos todos, pero hay más misericordia cuando hablamos sabiamente que cuando encendemos un bosque a través de las palabras. Practiquemos el amor, empezando a controlar la lengua.

Un abrazo y bendiciones.

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